Ahora comienza el sudoku de formar gobierno tan típico del sistema político israelí, siempre polarizado y fragmentado. Sólo que en esta ocasión el primer ministro Netanyahu no lo tiene tan complicado. Puede optar por una coalición con un componente secular (65 escaños, cuatro más de los 61 necesarios) o religioso (67 escaños).
// MÁS DEL AUTOR