El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha reconocido que si su Gobierno no hubiera intervenido en General Motors (GM) la única salida que le hubiera quedado a la multinacional automovilística sería declararse quiebra.

Por la importancia de la compañía

Barack Obama tiene claro que la quiebra habría sido la única opción para General Motors (GM) sin el acuerdo en virtud del cual el Gobierno será propietario del 72 por ciento de la automovilística.
 
“Mi preferencia era haber permanecido completamente fuera“, dijo Obama en una entrevista concedida a la cadena NBC el viernes y que fue emitida ayer. El presidente norteamericano aseguró que sin la participación del Gobierno la liquidación era la única alternativa para una compañía que tiene una “enorme importancia para nuestra economía”.
 
Resulta evidente que para Obama salvar General Motors es una prioridad por su peso dentro la economía estadounidense. Un intervencionismo del Gobierno demócrata que le situará como propietario mayoritario de la compañía.