Las autoridades han citado a otras 60 para ser interrogadas, en lo que se conoce como “invitación para tomar el té”.

“El acoso a activistas en China continental sólo pone de relieve por qué tantas personas en Hong Kong temen el creciente control que tiene Beijing sobre los asuntos de su ciudad”, afirmó William Nee, investigador sobre China de Amnistía Internacional.

“Las libertades fundamentales que ejercen cientos de miles de personas en Hong Kong siguen negándose a quienes están en China continental.”

Según las informaciones, la policía ha practicado detenciones en Bejing, Jiangsu y en las ciudades meridionales de Guangzhou y Shenzhen, próximas a Hong Kong.

“Las autoridades chinas deben poner en libertad de inmediato a todas las personas detenidas por expresar pacíficamente su apoyo a los manifestantes de Hong Kong”, declaró William Nee.

Los censores estatales chinos están tratando de bloquear cualquier mención en Internet de las protestas prodemocracia. El martes se prohibió en China continental Instagram, la popular plataforma para compartir fotos.

Miles de personas siguen ocupando parte del centro de Hong Kong para exigir una mayor reforma electoral.

El uso innecesario de gas lacrimógeno y pulverizadores de pimienta por la policía durante el fin de semana contra una protesta esencialmente pacífica sólo hizo que salieran más personas a la calle.

Tras el fin de semana, la policía ha adoptado un enfoque menos agresivo hacia las manifestaciones, pero existe mucha incertidumbre sobre lo que va a ocurrir a partir de ahora.

“La policía de Hong Kong debe mostrar moderación en su respuesta a la protesta en curso. Amnistía Internacional les insta a que no sigan el camino que con tanta frecuencia eligen sus homólogos en China continental. Deben respetar el derecho a la libertad de reunión y de expresión pacíficas”, concluyó William Nee.