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Democracias o autocracias

El presidente Zelenski pasará a la historia por defender la libertad de su pueblo y Putin por intentar suprimirla. La causa de la libertad ha tenido altos costes humanos y materiales, pero ha permanecido viva.

Europa quiere olvidar su pasado y Putin intenta recomponer un imperio que ya no existe. La guerra abierta por Rusia contra Ucrania ha conseguido hasta el momento dos objetivos inesperados: ha fortalecido las instituciones europeas y el atlantismo adormecido en tiempos de Trump y ha promovido un patriotismo resistente en el pueblo de Ucrania que ha llevado a entorpecer y ralentizar la ocupación rusa del país.

La guerra relámpago no se ha producido y las fuerzas invasoras avanzan lentamente causando destrucción y muerte. Los partes sobre el número de bajas no son fiables, pero el Kremlin ha reconocido haber perdido medio millar de combatientes mientras que la inteligencia de Estados Unidos estima que han sido más de siete mil. El presidente  Zelenski no habla de víctimas ucranianas, pero, a juzgar por los destrozos causados en barrios urbanos, han de ser varios miles.

En la intervención televisiva del miércoles, Putin lanzó un mensaje amenazador hacia los propios rusos. Les habló de quintacolumnistas para que “se les escupiera como a un mosquito que se cuela en la lengua”, esos traidores que han sido cautivados por Occidente cuyo objetivo último es la destrucción de Rusia.

Lo más urgente es detener las hostilidades y encontrar un pacto entre Occidente y Rusia. Ojalá funcionara el apaciguamiento que fracasó en 1938 con Hitler. Europa se une sin fisuras porque sabe que tiene delante un país muy grande que quiere ir más allá que controlar Ucrania. Pretende derrotar la libertad y el sistema de vida de Occidente. Ha vuelto la guerra fría con un Putin que insinúa que guarda en la recámara las armas nucleares y un Joe Biden que llama al presidente ruso “criminal de guerra”. Una retórica que no se utilizó ni en los tiempos más duros entre Brézhnev y Nixon.

Una de las muchas explicaciones del conflicto que se libra en Ucrania es la lucha abierta entre las democracias y los regímenes autoritarios o dictatoriales. Lo que está en juego es la libertad que hay que defender incluso cuando se disfruta de ella con normalidad.

El choque será largo e incierto. Empezó con Atenas y Esparta, y ha cabalgado sin descanso a lo largo de los siglos. La causa de la libertad ha tenido altos costes humanos y materiales, pero ha permanecido viva.

Publicado en La Vanguardia el 18 de marzo de 2022

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