Política

Irak: ¿Podría convertirse alguna vez en el asilo de Al Qaeda?

Ted Galen Carpenter dice que es muy poco probable que Al Qaeda pueda gozar de un asilo seguro en Irak como el que tuvo en Afganistán puesto que tanto los iraquíes sunnis como los shiítas y los kurdos tienen aptitudes negativas hacia esta organización.

Ted Galen Carpenter
Hace dos semanas en su discurso del Estado de la Unión, el presidente Bush advirtió que si EE.UU. fracasa en Irak, Al Qaeda ganará un asilo seguro desde donde podrán lanzar ataques contra EE.UU. Este es un argumento que el presidente, otros miembros de la administración y los halcones neo-conservadores han utilizando por años.

A finales del 2005, el entonces secretario de defensa Donald Rumsfeld advirtió que los líderes de Al Qaeda “convertirían a Irak en lo que Afganistán era antes del 9/11 –un asilo para el reclutamiento y entrenamiento de terroristas y una plataforma de lanzamiento de ataques contra los intereses estadounidenses y contra nuestros compatriotas”.

A pesar de estas alarmantes aseveraciones, es altamente improbable que Al Qaeda consiga en Irak un tipo de asilo seguro como el que gozó en Afganistán. Allí, la organización tenía la protección de un gobierno bien agarrado al poder y amistoso, la cual no tendría en Irak. Al Qaeda también tenía una fuerza mucho más grande en Afganistán — aproximadamente18.000 combatientes. Incluso el gobierno estadounidense concede que hay menos de 2.000 combatientes de Al Qaeda en Irak y el Grupo de Estudio de Irak estimó una cifra de tan solo 1.300 combatientes.

De hecho, los combatientes extranjeros son un componente relativamente pequeño de la insurrección sunni contra las fuerzas de ocupación estadounidenses y británicas. Es difícil creer que 1.300 combatientes (que encima son extranjeros) dominen un país de 26 millones de personas.

El desafío para el Al Qaeda en Irak sería aún más desalentador que lo que esos crudos números sugieren. Mientras que allí la organización tiene cierto respaldo entre los árabes sunnis, la opinión dentro de ese segmento de la población es asombrosamente negativa.

Una encuesta de septiembre de 2006, conducida por el prestigioso Programa sobre Actitudes Políticas Internacionales (PIPA, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Maryland, descubrió que el 94 por ciento de los sunnis iraquíes tenían una actitud un poco o altamente desfavorable con respecto a Al Qaeda.

Al mismo tiempo que la violencia de los ataques de Al Qaeda ha ascendido, y cada vez una mayor porción de las víctimas son iraquíes, no estadounidenses, muchos de los sunnis se han volcado en contra de los terroristas. Durante el último año, ha habido un creciente número de informes sobre conflictos armados entre sunnis iraquíes y combatientes extranjeros.

Y el respaldo anémico de los sunnis para Al Qaeda., es eclipsado por la intensa hostilidad hacia el grupo por parte de los shiítas y los kurdos. Casi todos detestan a Al Qaeda. La encuesta de PIPA demostró que 98 por ciento de los shiítas encuestados y 100 por ciento de los kurdos encuestados tienen una imagen muy desfavorable de la organización.

La noción de que un gobierno dominado por los shiítas y los kurdos toleraría que Irak se convierta en un asilo seguro para Al Qaeda es obviamente improbable. Incluso aunque las tropas estadounidenses se fueran de Irak, el gobierno sucesor continuaría siendo dominado por kurdos y shiítas, puesto que ellos componen más del 80 por ciento de la población en Irak. Y, en marcado contraste con la situación en la época de Saddam Hussein, ahora ellos controlan a las fuerzas armadas y a la policía.

En el mejor de los casos, Al Qaeda podría esperar tener una presencia leve en las áreas dominadas por los sunnis del país, mientras que sería incesantemente acechada y acosada por las fuerzas del gobierno – y también probablemente por hostiles iraquíes sunnis. Eso no suena exactamente como una confiable base de operaciones para planear ataques contra EE.UU.

El senador republicano de Nebraska, Chuck Hagel, está en lo correcto cuando dice que “nunca me han convencido de que si permanecemos allí seis meses, un año, o dos años, que cuando nos vayamos, de alguna manera Irak se convertiría en un asilo para terroristas”.

Su escepticismo está justificado.

La noción de que Al Qaeda usará a Irak como un santuario es un escenario — un argumento que los autores de la catástrofe de hoy utilizan para asustar a la gente para que así apoyen una edificación de nación-estado que está fatalmente concebida y que parece no tener fin.

Fuente: El Cato.org

// OTROS TEMAS QUE TE PUEDEN INTERESAR

// EN PORTADA

// LO MÁS LEÍDO

// MÁS DEL AUTOR/A

Menú