// CARTAS AL DIRECTOR

Una educación que sea verdaderamente tal

En lo que hace referencia al tema educativo, el problema no es tanto el modo en que se ha ideado la promoción de los alumnos (hay muchas formas de recabar la opinión de los docentes). Tampoco, pienso yo, radica en si es conveniente valorar la aptitud de los alumnos más allá de las calificaciones (ciertamente, los niños y los jóvenes no pueden ser “medidos” por sus notas; tantas veces a algunos alumnos los boletines les llevan a dudar sobre su valor como personas). El problema real es creer que la democracia, el voto, la opinión… Establece la verdad de las cosas. En definitiva, el inconveniente de estas mociones que algunos están imponiendo, en el fondo, no es tanto que dificultan transmitir a las nuevas generaciones criterios válidos y ciertos (reglas de comportamiento, objetivos creíbles en torno a los cuales construir la propia vida, interés por el conocimiento, aprender a enfrentarse a los desafíos…), como que introducen en la escuela la duda sobre el significado mismo de la verdad. “Cuando vacilan los cimientos y fallan las certezas esenciales –cito a Benedicto XVI- la necesidad de esos valores vuelve a sentirse de modo urgente”. Fue profético en sus palabras: cada día aumenta la exigencia de una educación que sea verdaderamente tal.

Juan García

No todo lo legal es moral

Estos últimos días hemos vivido el caso Piqué y del Presidente de la Federación de Futbol, aseguran que lo que hicieron fue legal pero muchos opinamos que no fue moral. No diferenciar legalidad y moralidad en general se trata de una irresponsabilidad compartida pues a una parte limitada de la sociedad le parece progresista y conquista de nuevos derechos. La ignorancia en estos temas capitales no excusa de la responsabilidad grave a los ojos de Dios. Es importante que los ciudadanos recordemos que lo legal no significa moral, porque llevamos décadas admitiendo consciente e inconscientemente que todo lo legal es moral, algo realmente falso, como se muestra en estas leyes inmorales e inhumanas que se han establecido. Pues bien, cuando una sociedad va aceptando el aborto y la eutanasia, sin reaccionar ha iniciado su declive y puede perder un par de generaciones hasta que surjan líderes con principios, que han nacido y crecido en la resistencia moral y religiosa. De momento ya se ven núcleos fuertes de resistencia moral por personalidades e instituciones a modo de levadura que pueden transformar a la masa anónima en ciudadanos comprometidos con el bien común y con los principios morales universales. En la reciente Audiencia General de febrero el Papa Francisco ha terminado las catequesis sobre la figura de San José, recodando las actitudes que debe custodiar un cristiano, que resume con estas palabras: «Custodiar la vida, custodiar el desarrollo humano, custodiar la mente humana, custodiar el corazón humano, custodiar el trabajo humano. El cristiano es —podemos decir— como san José: debe custodiar. Ser cristiano no es solo recibir la fe, confesar la fe, sino custodiar la vida, la propia vida, la vida de los otros, la vida de la Iglesia». Toda Jornada a favor de la vida es un freno a la mal llamada cultura de la muerte porque lo que cultivan las ideologías y leyes a favor del aborto y de la eutanasia es favorecer un desierto sin vida y sin sentido que aboca al nihilismo.

JD Mez Madrid

Valores Cívicos y Éticos

En el plan de estudios de la ESO hay una nueva materia que se llama Educación en Valores Cívicos y Éticos. En principio, educar en algunos valores cívicos compartidos, por ejemplo, en valores constitucionales, no tendría que suponer un gran problema. El problema aparece cuando se quiere, a través de la asignatura, imponer un determinado modelo de sociedad. Este plan es un desarrollo de la ley Celaá, la LOMLOE. La ley habla de tolerancia, sociedades abiertas e identidades. La tolerancia es algo positivo, las sociedades abiertas también. Identidad tenemos todos, otra cosa es que el Gobierno, el Estado o las Comunidades Autónomas, definan cómo tienen que determinar su identidad los jóvenes. Vivimos en una sociedad plural, afortunadamente. El problema es que desde arriba se quiera establecer para todos una manera de ver el mundo.

Pedro García

La independencia de los jueces y de los fiscales

El pasado 28 de marzo la Junta de Fiscales de Sala del Tribunal Supremo ha parado los pies a Delgado, La Fiscal General, al establecer que el caso del contrato de compra de material sanitario para la Comunidad de Madrid debe quedar en manos de la Fiscalía Anticorrupción. Lo interesante del asunto es que la Junta de Fiscales ha entregado un escrito a Delgado pidiéndole que se aparte de la investigación por su procedencia política. Desde que Dolores Delgado fue nombrada Fiscal general del Estado, a los pocos días de salir del Gobierno, todas sus decisiones están acompañadas de una sombra de duda. La independencia de los jueces y de los fiscales es esencial para mantener la calidad de un sistema democrático. Pero parece que el Gobierno de Sánchez no lo entiende, y con eso, en mi modesta opinión, hace mucho daño a la imagen de España.

JD Mez Madrid

La atención primaria se debe mejorar

Por ejemplo en mi caso: hace dos años y medio que estoy tomando 10 medicamentos cada día, me los recetaron en el hospital tras la recuperación de un infarto, cuando necesito un medicamento voy a la farmacia y con la cartilla sanitaria me los facilitan. Durante todo este periodo estoy sin médico de cabecera, o al menos no se quien es, llamo al CAP y me renuevan electrónicamente la receta pero no me dan el nombre de ningún médico con quien ponerme en contacto, así llevo más de dos años. Parece claro que esto debe mejorar, pero también está claro que hacen falta propuestas viables más que proclamas ideológicas. Y también es conveniente la colaboración entre el sector público y la iniciativa privada en el campo sanitario, como sucede en los principales países de nuestro entorno. Lo llamativo es que quien gobierna España es una coalición de izquierdas que, se supone, hace de la defensa de lo público una seña de identidad. Sin embargo, eso es una falacia cuando se examina la marcha de la economía, jalonada de parches, improvisaciones y demoras, en detrimento de lo realmente público: la atención al bien común, sin plegarse a absurdas contraposiciones ideológicas.

Jesús D Mez Madrid

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