Uncategorized

Los ricos y el mercado

De los diez personajes más ricos de la historia, siete hicieron su fortuna por fuera del mercado. Los otros la consiguieron en base a privilegios que les dio el gobierno “regulando” el mercado a su favor.

Al contrario de lo que muchos creen, los superricos no son un resultado natural del mercado, sino que este, naturalmente, tiende a nivelar las fortunas y a dar infinitas chances a cada persona.

Time elaboró un escalafón de las personas de toda la historia, que alcanzaron las mayores fortunas del mundo, luego de entrevistar a historiadores y economistas para elaborarlo. Comenzando desde atrás, el décimo en riqueza habría sido el conquistador Gengis Kan (1162-1227), que unificó a las tribus nómadas fundando el primer Imperio mongol. 

Lo supera Bill Gates (1955) en el puesto nueve, que acumula una fortuna de US$ 79.000 millones. El fundador de Microsoft es considerado la persona más rica del planeta hoy. En el octavo lugar, estaría Alan Rufus (1040-1093), que era sobrino de Guillermo el Conquistador, a quién se unió en la conquista de Normandía. Su riqueza llegó a los US$ 194.0000 millones. Luego, en el séptimo lugar, John D. Rockefeller (1839-1937) que acumuló US$ 341.000 millones con su empresa, Standard Oil, que llegó a controlar el 90 % de la producción petrolera norteamericana.

En sexto lugar aparece Andrew Carnegie (1835-1919), considerado el norteamericano más rico de la historia. Inmigrante escocés que vendió su compañía, US Steel, a JP Morgan por US$ 480.000 millones, equivalente al 2,1 % del PIB del país. En el quinto puesto estaría Joseph Stalin, el todopoderoso de la URSS, a la que controlaba totalmente cuando tenía una riqueza correspondiente al 9,6 % del PIB mundial. Si bien es difícil separar su riqueza personal de la del Estado, por su situación es considerado una de las personas más ricas.

En el cuarto puesto estaría Akbar I (1542-1605), de la India, que controló el Imperio mogol cuando representaba un cuarto de la producción económica mundial. Tercero aparece el emperador chino Song Shenzong (1048-1085), cuya fortuna se basaba en el dominio de un imperio que controlaba cerca del 25 % del PIB mundial y provenía tanto de sus innovaciones tecnológicas como de su extrema habilidad para la recaudación tributaria.

El segundo personaje más rico de la historia habría sido César Augusto (63 a. C. – 14 d. C.), que acumuló lo que hoy serían unos US$ 4,6 billones. No solo estuvo a cargo del Imperio romano, que llegó a representar casi el 30 % del PIB global, sino que se habría hecho con una quinta parte de la economía imperial. Y, finalmente, está Mansa Musa de Malí (1280-1337), que fue rey de Tombuctú y el mayor productor de oro del mundo y, por tanto, la persona más adinerada de toda la historia, explica Rudolph Ware de la Universidad de Michigan.

Ahora, de esta lista, siete hicieron su fortuna por fuera del mercado, utilizando las armas del Estado. Los otros, empresarios privados, la consiguieron en base a privilegios que les dio el gobierno “regulando” –imponiéndose coactivamente- el mercado a su favor. Por caso, Microsoft se enriqueció gracias a las leyes de “derecho de autor” que otorga el monopolio de una idea al más rápido en presentarse en la oficina de patentes.

El mercado natural, en cambio, prevé una sana competencia –en base a la oferta y demanda- de modo que, cuando alguien está consiguiendo mucho dinero, atrae a otros al mismo negocio repartiendo su rentabilidad entre muchos. Por eso John D. Rockefeller llegó a afirmar, descaradamente, que “la competencia es un pecado, y procederemos a eliminarla”.

Alejandro Tagliavini
Miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California

@alextagliavini

// OTROS TEMAS QUE TE PUEDEN INTERESAR

// EN PORTADA

// LO MÁS LEÍDO

// MÁS DEL AUTOR/A

Menú