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Ursula von der Leyen, presidente de la Comisión Europea, enfrente el presidente de China, Xi Jinping, y al fondo, Emmanuel Macron, presidente de FranciaImagen: Gonzalo Fuentes/AP/picture alliance

Ursula von der Leyen, presidente de la Comisión Europea, enfrente el presidente de China, Xi Jinping, y al fondo, Emmanuel Macron, presidente de FranciaImagen: Gonzalo Fuentes/AP/picture alliance

Xi en Europa: cero avances pese a aparente armonía

“No habrá ni un ápice de cambio en la postura de Xi Jinping  sobre cuestiones internacionales”, había vaticinado a DW Emmanuel Lincot, sobre la visita del presidente chino a París. Lincot es experto en China del Instituto Internacional de Relaciones Estratégicas de París.

Y tenía razón. Al menos públicamente, Xi Jinping, jefe del Partido Comunista y presidente de China, no dio ningún indicio de responder a las preocupaciones y acusaciones de sus interlocutores europeos.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente francés, Emmanuel Macron, por ejemplo, subrayaron durante su reunión con Xi, en el Palacio del Elíseo, que China debe ofrecer condiciones competitivas justas a las empresas europeas. Los coches eléctricos chinos no debieran recibir grandes subvenciones para luego venderse en el mercado europeo.

La Comisión Europea  ha llevado a cabo una investigación sobre las presuntas subvenciones a los automóviles. Si los datos las confirman, la Unión Europea (UE) podría imponer aranceles o gravámenes punitivos a los vehículos procedentes de China.

Pero Xi aseguró, a través de su agencia oficial de noticias Xinhua en París, que la “sobreproducción estructural” sospechada por la Comisión de la UE no existe y que, por tanto, no se están trayendo a Europa productos subvencionados para aprovechar el exceso de capacidad en China.

Superávit comercial chino frente a la UE

Xi Jinping puede estar relativamente tranquilo, porque los autos eléctricos chinos siguen siendo una partida bastante pequeña en el volumen comercial total de los dos mayores socios comerciales del mundo.

El año pasado, los países de la UE importaron de China mercancías por valor de 514.000 millones de euros, mientras la UE exportó a la República Popular productos por valor de 223.000 millones de euros. China obtuvo así un superávit de exportación de casi 300.000 millones de euros.

El volumen de las exportaciones chinas a la UE se ha duplicado en los últimos diez años. Los lazos económicos son estrechos. Y así debe seguir siendo, afirmó el presidente francés Emmanuel Macron. La delegación china firmó contratos de entrega de aviones Airbus europeos como confirmación de ello.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, recordó la línea oficial de los europeos, que se basa en minimizar el riesgo de depender de una China gobernada autocráticamente, sin desvincularse de las buenas relaciones económicas con China. En la jerga de la UE, esto se conoce como “derisking, no decoupling”.

“Las relaciones con China son complejas. Las abordamos con una visión clara, constructiva y responsable, porque una China justa es buena para todos nosotros”, dijo von der Leyen, tras su reunión a tres bandas con Xi y Macron. El presidente francés había declarado antes que el futuro de Europa dependía de su capacidad para desarrollar una relación equilibrada con China.

China se considera “neutral” en la guerra de Ucrania

La UE también quiere que China desempeñe un papel constructivo en la guerra de agresión rusa contra Ucrania. China debe utilizar su influencia sobre Moscú, exigen los representantes de la UE y, sobre todo, abstenerse de suministrar bienes que puedan ser utilizados por el Ejército ruso en los ataques contra Ucrania. Xi afirmó que China ni había creado la crisis ucraniana ni estaba tomando partido.

Por su parte, Emmanuel Macron y el canciller alemán Olaf Scholz, que visitaron Pekín hace apenas tres semanas, han dicho que China debe ser tratada como un rival sistémico, un competidor económico y un socio en la protección del clima.

Esto impresiona poco al gobernante chino Xi Jinping, quien dijo en París querer una buena relación con Europa. Pero “Xi no está aquí para reparar relaciones”, afirma Janka Oertel, experta en Asia del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR, por sus siglas en inglés), un think tank de Bruselas. “En su opinión, todo va bien. Sostiene que no hay exceso de capacidad y que las entregas chinas a Rusia son comercio normal”.

China fabricará coches eléctricos en Hungría

Xi Jinping dijo en París que, en un “mundo turbulento”, es más necesario que nunca un diálogo basado en la asociación entre Europa y China. China está dispuesta a utilizar las diferentes actitudes de Europa en su propio beneficio. No es casualidad que Xi viaje de Francia a Hungría, donde gobierna el autócrata Viktor Orbán, cada vez más amigo de Rusia.

En Hungría, que está en desacuerdo con la sede de la UE en Bruselas en muchas cuestiones clave, China construirá su primera fábrica de coches eléctricos de la Unión Europea.

El canciller alemán Scholz, como Orbán, tampoco es necesariamente partidario de aumentar los aranceles contra los coches chinos. Esto se debe a que entonces tendría que contar con las contramedidas chinas contra las empresas alemanas. La mayor parte de las exportaciones alemanas de coches eléctricos, en torno al 20 por ciento, se dirigieron el año pasado a clientes chinos.

“Tuvimos una discusión abierta y honesta sobre los puntos en los que estamos de acuerdo y aquellos en los que tenemos diferencias”, resumió, sobre el encuentro parisino, Ursula von der Leyen. En términos claros, esto significa que las dos partes hablaron sin avanzar.

Una información de DW.

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