África, Economía y Sociedad

ACNUR refuerza su ayuda humanitaria en Costa de Marfil

Más de 8.000 refugiados marfileños han huido a los países vecinos a causa de las tensiones políticas en Costa de Marfil, cifra que hace apenas una semana era de unos 3.200.


ACNUR, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados, está aumentando su apoyo por temor a que la violencia constante obligue a más personas a salir del país.

Algunas personas refugiadas de Costa de Marfil han contado que al principio se les impidió salir del país y se les obligó a encontrar rutas alternativas para entrar en la vecina Liberia. La mayoría han indicado a los equipos de ACNUR en Liberia que quieren permanecer cerca de la frontera y regresar tan pronto como la situación se estabilice.

ACNUR tiene previsto enviar por vía aérea material humanitario de emergencia hasta para unas 10.000 personas refugiadas en Liberia desde sus almacenes en Dubái. En apoyo a la respuesta de las autoridades liberianas los equipos de ACNUR sobre el terreno se apuran para distribuir ayuda humanitaria, alimentos y asistencia en efectivo. ACNUR ha desplegado equipos técnicos para atender las necesidades de agua, saneamiento y cobijo.

Asimismo, más de 500 marfileños también han llegado a Ghana, Guinea y Togo, donde están recibiendo asistencia inmediata. ACNUR ha aumentado la vigilancia de las fronteras para garantizar que los recién llegados sean identificados rápidamente y reciban la asistencia que necesitan.

ACNUR agradece a los Gobiernos de Burkina Faso, Ghana, Guinea, Liberia y Togo que hayan permitido el acceso a su territorio a los refugiados de Costa de Marfil, a pesar de las restricciones fronterizas por la COVID-19.

ACNUR sigue trabajando estrechamente con los gobiernos y otras agencias de Naciones Unidas en la región y está listo para activar planes de contingencia conjuntos en caso de que se aceleren los movimientos de refugiados.

Las actuales tensiones en Costa de Marfil están despertando temores entre los marfileños, quienes aún recuerdan lo ocurrido tras las elecciones presidenciales de 2011, cuando más de 3.000 personas perdieron la vida, más de 300.000 tuvieron que huir a otros países de la región y más de un millón se vieron obligadas a desplazarse dentro de Costa de Marfil.

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