Oriente Próximo, Política

Al Qaeda produce una nueva masacre tras ataques en Bagdad

Abu Musab al Zarkawi, el hombre que según Washington lidera a Al Qaeda en Irak, declaró ayer la “guerra total” contra los chiítas y contra el nuevo Ejército y el gobierno iraquí, de acuerdo con un video transmitido a través de internet. La amenaza se conoció en uno de los días más sangrientos registrados en el país árabe desde la invasión de Estados Unidos iniciada en marzo de 2003.

La ola de atentados causó 160 muertos y 570 heridos

Ayer, más de 160 personas resultaron muertas y 570 heridas tras una ola de ataques y estallidos de autobombas en un barrio chiíta de Bagdad, que fueron reivindicados por la red de Osama bin Laden.


“La Organización de Al Qaeda en Irak ha declarado la guerra contra los chiítas”, señaló una voz atribuida a Al Zarkawi. “Si se demuestra que guardias nacionales, policías o militares (iraquíes) son agentes de los cruzados, serán muertos y sus casas demolidas o incendiadas, después de evacuar a mujeres y niños, como castigo”, afirmó la cinta. Además, Al Zarkawi llamó a los sunitas de Irak a “despertar de su letargo y levantarse porque la guerra no se detendrá”.


Poco antes, la capital iraquí sufrió el mayor número de muertos en un día a manos de insurgentes desde que comenzó el conflicto. La ola de ataques coordinados comenzó cuando un suicida hizo explotar su vehículo en medio de una concentración de jornaleros que buscaban trabajo. Una fuente del Ministerio del Interior iraquí dijo que el insurgente engañó a las víctimas atrayéndolas hacia su vehículo con promesas de trabajo antes de detonar la bomba. Además, otros autobombas explotaron en medio de un convoy norteamericano al este de Bagdad, junto a una caravana de la Guardia Nacional y cerca del Hotel Rashid, donde se alojan diplomáticos y contratistas extranjeros.


Fuertes divisiones


Al mismo tiempo, hombres armados que vestían uniformes militares rodearon una aldea al norte de la capital iraquí y ejecutaron a 17 hombres. Al final del día, cinco personas murieron en dos ataques simultáneos con morteros contra dos zonas populares en el sudeste de Bagdad. Las acciones de ayer son las segundas más graves desde el 2 de marzo de 2004, cuando una ola de ataques contra santuarios chiítas en Kerbala y Bagdad provocaron al menos 181 muertos. Según una declaración atribuida a Al Qaeda en Irak, los ataques contra la capital del país árabe fueron en represalia por la reciente muerte de 200 milicianos en la ciudad de Tal Afar en el marco de un fuerte operativo de las fuerzas estadounidenses e iraquíes.


En los últimos meses, los atentados han sido concretados en su mayoría precisamente contra los chiítas. Estos ataques, supuestamente llevados a cabo por la minoría sunita, han acrecentado el temor de una guerra civil con miras al referendo del 15 de octubre sobre la nueva Constitución iraquí. Funcionarios de gobierno han acusado a militantes sunitas de atacar a chiítas, cuyos representantes políticos obtuvieron la mayoría en las elecciones de enero pasado. Estos comicios fueron boicoteados por parte importante de los sunitas.


Este último grupo, que gozó de amplio poder durante el régimen de Saddam Hussein, se opone a la Constitución porque sostiene que reducirá su peso, entregando más autonomía en el sur a los chiítas y en el norte a los kurdos, descentralizando el control de las ventas de las regiones petroleras. No obstante, para el primer ministro iraquí, el chiíta Ibrahim Jaafari, los recientes ataques podrían incluso unir al convulsionado país.


“Los actos criminales no entregarán ningún otro mensaje que el odio por ellos (los atacantes) y unirá al pueblo iraquí más cada día, pese a sus diversas religiones y origen étnico, detrás del gobierno”, señaló el premier, quien condenó los ataques de ayer en Bagdad. A su vez, los crecientes problemas en Irak representan un duro revés para el Presidente norteamericano George W. Bush, cuya popularidad se sitúa por debajo del 40%. Según diversas encuestas, en los últimos meses los norteamericanos han acentuado sus críticas por el mal manejo de Bush en el país árabe. Ello, principalmente por el alto número de bajas norteamericanas que a la fecha llegan a 1.897.

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