Entró a la Casa Blanca prometiendo esperanza y cambio, pero deja un legado que no llena esas expectativas.
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Lunes, 09 de diciembre 2024
Entró a la Casa Blanca prometiendo esperanza y cambio, pero deja un legado que no llena esas expectativas.
En muchos países de Europa, líderes como el primer ministro de Hungría o el gobierno conservador de Polonia, han promovido una retórica de valores cristianos revelando la fuerte conexión histórica de estos valores con una visión nostálgica de sus países.
Trudeau se proyecta ante los canadienses y el mundo como un político de cambio, moderno, progresista lo cual le ha permito mantener un alto nivel de aprobación popular.
Uno de los más sorprendentes sucesos fue ver cómo la mayoría de los medios de comunicación alababan a Fidel Castro.
Malinterpreta y no entiende los beneficios del libre mercado en términos sociales, morales y económicos, ni tampoco parece conocer las ideas centrales del comunismo.
Uno de los mayores choques para la élite progresista ante el triunfo de Trump es que se dieron cuenta de que fuera de la burbuja urbana, hay una población distinta y que cree en ideas mayormente conservadoras.
Es un sistema que está diseñado para proteger contra la tiranía de la mayoría; un instrumento que salvaguarda la unión federal.
El progreso de este conflicto ha complicado las opciones diplomáticas, políticas y militares disponibles para poder terminar con él.
El resultado refleja la influencia en el pueblo, después de seis años fuera del poder, del exmandatario Álvaro Uribe.
El fervor olímpico no se convirtió en contundente apoyo a la independencia y parece que no solo revela el falso nacionalismo de muchos portorriqueños.
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