Pretende situarse entre los diez primeros bancos del mundo por capitalización bursátil y ser el mejor en todos los mercados en los que opera.

SCH
El beneficio neto atribuido del grupo Santander superará los 3.000 millones de euros (medio billón de pesetas) este ejercicio, lo que supone un incremento del 15 por ciento respecto al resultado récord de 2003, según avanzó ayer el presidente del banco, Emilio Botín, ante la junta general de accionistas en Santander, en la que estaba representado el 46,68 por ciento del capital.

Botín, que manifestó también su optimismo para 2005 y 2006, negó que el banco estudie una fusión con BBVA, y se mostró contrario a las uniones entre iguales en Europa. “2004 es un año enfocado al crecimiento”, según el consejero delegado Alfredo Sáenz, quien destacó la posición estratégica a través de Santander Consumer en el segmento de mayor potencial en Europa, el del crédito al consumo, que prevé que aporte 300 millones al beneficio de este año, casi el triple que en 2001.

En Latinoamérica, de la que Botín volvió a decir que forma parte del ADN del banco, el grupo pretende duplicar su negocio de aquí a 2007. Sáenz afirmó que la región presenta “los fundamentos más propicios de los últimos quince años para el crecimiento”.

La entidad, que en 2003 presentó la marca Santander como imagen única del grupo, pretende situarse entre los diez primeros bancos del mundo por capitalización bursátil (ya se encuentra entre los quince primeros) y ser la mejor en todos los mercados en los que opera por rentabilidad, eficiencia, crecimiento, satisfacción del cliente y responsabilidad corporativa.

La nueva meta: estar entre los diez mejores bancos del mundo

Para lograrlo, mantendrá el modelo de negocio de “costes planos y aumento significativo de ingresos” y ha diseñado cinco grandes líneas de actuación con el fin de mejorar en banca de clientes, en recursos directivos, tecnología y sistemas, control de riesgo y cultura corporativa. El plan estratégico i-06 para el trienio 2004-2006 será otro elemento clave para situarse entre los grandes.

El control de costes permitió mejorar la eficiencia en 2003 del 52,3 al 49,3 por ciento, con lo que, por primera vez, el banco gasta menos de un euro por cada dos que ingresa, pero la entidad mantiene un objetivo a medio plazo del 40 por ciento.

La acción del banco, que se revalorizó un 44 por ciento en 2003, no refleja todavía “ni su fortaleza actual ni su potencial de crecimiento a medio y largo plazo”, según Botín, quien se comprometió “a continuar incrementando el dividendo como en los últimos años”.

Emilio Botín y los tribunales

Emilio Botín, tuvo que pedir que la junta general de accionistas respaldase su gestión –y la del consejo– en el asunto de las indemnizaciones al expresidente del SCH, José María Amusátegui, y al exconsejero delegado, Angel Corcóstegui, que sumaron 165 millones de euros (27.454 millones de pesetas). La juez de la Audiencia Nacional Teresa Palacios ha ordenado abrir juicio oral y el presidente del primer banco español y de Latinoamérica, puede verse ante los tribunales el próximo otoño, acusado de presunta apropiación indebida y administración desleal.

Aseguró que al retribuir a Corcóstegui y a Amusátegui, el consejo “hizo lo que tenía que hacer, porque era en interés de todos los accionistas”. Reconoció ante la junta general, en el Palacio de Exposiciones de Santander, que se trata de un asunto “importante” y que “puede razonablemente” preocupar al banco y sus accionistas.

En su discurso, Botín explicó que había depositado un aval de 165 millones como fianza, obligado por la juez. El presidente del banco dijo a los accionistas que, “paradójicamente”, el proceso en el que se ha visto envuelto “tiene su origen en las dos operaciones más importantes y exitosas del banco” desde su fundación: la compra de Banesto en 1994 y la fusión con el Central Hispano en 1999.