Málaga y la Expo 2027

Belgrado (Serbia) con una candidatura llamada “Jugar para la humanidad: Deporte y música para todos” ha ganado a nuestra candidatura “La era urbana: hacia la ciudad sostenible”. Qué propuestas tan distintas al menos por su título. Belgrado parece que ha apostado por lo sencillo, próximo y concreto. Málaga por lo posible, muy en la línea de lo políticamente correcto y la retórica ONU.  Una pena. Era una vieja aspiración malagueña ya desde la expo de Sevilla. La exposición universal de Sevilla con todos sus errores tuvo una enorme repercusión nacional antes, durante y después.  Me sorprende la poca repercusión que esta candidatura ha tenido en la prensa nacional. Dicen que el tímido apoyo del gobierno de Sánchez ha podido ser incluso negativo. En fin, toca aprender y volver a intentarlo, que Málaga se lo merece.

Parece que remonta Sánchez

Eso dice la directora de comunicación de Gad3, empresa que viene clavando las encuestas en las últimas elecciones en España. El espectáculo del PP y de Vox en Extremadura, Murcia, Aragón, Baleares… está movilizando a la izquierda y desanimando al votante de centro derecha. Mientras, Sánchez en los últimos días está marcando la agenda de la campaña electoral.

Elecciones Generales y Extremadura

Parece que en el centro derecha, que sumo más votos y escaños que la izquierda y la extrema izquierda en Extremadura no se ponen de acuerdo para gobernar. Por mas que lo intenten explicar, sean cuales fueren las razones, es un suicidio, que les puede pasar factura de cara a las elecciones generales si no lo arreglan. Los extremeños votaron para desalojar al partido de Pedro Sánchez por su manera de gobernar, por las consecuencias de sus pactos y alianzas con la extrema izquierda comunista y bolivariana de Podemos, con los independentistas y nacionalistas catalanes y vascos, con los terroristas de la banda ETA… y también lo hicieron del mismo modo los murcianos, los aragoneses, los baleares…

Sobre Bildu: El problema está en el Gobierno

Atrás quedaron los tiempos en que las listas de las franquicias políticas de ETA eran retiradas por mandato del Supremo cuando estaba en vigor la ley de partidos que aprobó el Gobierno de Aznar, que contribuyó decisivamente a la desaparición de ETA. Bildu no es sólo un socio parlamentario preferente del Gobierno. Es un partido político históricamente vinculado a ETA que jamás ha condenado los crímenes de la banda. La centralidad de las víctimas exige acabar con las puertas giratorias que convierten a terroristas sin arrepentirse en cargos públicos, representantes de un Estado de Derecho que se deslegitima a sí mismo. El problema no está en Bildu, que tiene clara su hoja de ruta en manos de Otegui. El problema está en el Gobierno Sánchez que blanquea a ese partido y está dispuesto a llegar con él a acuerdos, incluso de gobierno. No se trata de que los candidatos de Bildu tengan intactos sus derechos políticos. Se trata de una cuestión de dignidad y justicia especialmente con las víctimas, pero también con la sociedad en su conjunto. 

“A aprender a aprender”

Mientras no se demuestre lo contrario, a la escuela, al instituto y por supuesto a la universidad, se va a aprender y como decía el profesor Maravall Casesnoves, insigne catedrático de Historia del Pensamiento Político, “a aprender a aprender”. Al parecer ya se han hecho algunos ensayos derivados de la Ley Celáa, aplicando el sofisma de las destrezas y reduciendo la filosofía y la historia, en el mejor de los casos, a simples “marías”. Por supuesto los resultados de esos ensayos hasta el momento se desconocen. Se trata de no enseñar a pensar, ni a juzgar y de obviar el espíritu crítico de nuestros jóvenes, dejándoles ayunos de cualquier posibilidad de tener ideas propias sobre las más variadas facetas de su transcurrir vital en la sociedad actual, abandonándoles en manos de los influenciadores (influencers se dice ahora), políticos, ideológicos y hasta asesores de moda… Si cada partido o reducto de pensamiento quiere llevar el agua de la enseñanza a su molino, bien está y allá sus votantes. Pero querer camuflar los intereses ideológicos, con las llamadas destrezas, con un falso progreso, con unas supuestas necesidades para conseguir empleo o de pretendidos avances tecnológicos, no deja de ser un fraude y un mal servicio a las nuevas generaciones.