Restringir la libertad religiosa
Partir del supuesto de que la Iglesia no tiene voluntad de investigar la pederastia significa desconocer la realidad de lo que ha hecho y está haciendo la Iglesia en esta materia. Afirmar, como hace la Exposición de motivos, que las instituciones religiosas y los lugares de culto son espacios potencialmente peligrosos para la infancia, es una justificación a priori de la pretensión de intervenir en ellos mediante políticas públicas orientadas descaradamente a restringir la libertad religiosa. Y además supone olvidar que la lacra de los abusos se extiende a todos los ámbitos de la vida social, lo cual no parece preocupar a estos legisladores. Una Comisión semejante tendría el significado de un juicio político sobre la institución eclesial, cuyo resultado sólo reflejaría la voluntad manifiesta de los grupos que la promueven. El presidente del Gobierno tendrá que ponderar lo que significaría apoyar esta iniciativa de sus socios del nunca mejor llamado Frankenstein.