El sábado 14 de mayo terminó de sesionar el Pleno de la Convención Constitucional, cumpliéndose así una etapa más del proceso iniciado con el plebiscito de entrada de octubre del 2020.
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Al cierre de esta etapa, destaca la pérdida de confianza de la población en los convencionales y una evaluación negativa de su gestión, en donde, según la última encuesta Cadem, un 54% de los chilenos le tienen poca o nada confianza a esta institución.
Se abre, entonces, la última fase del trabajo propio de la Convención, que consiste en armonizar el texto final, definir las normas transitorias y escribir el preámbulo. Llama la atención que desde los propios convencionales ha surgido con fuerza la idea de sumar expertos en esta etapa, con la clara intencionalidad de hacerse cargo de las críticas de la ciudadanía respecto a lo poco prolijo del trabajo de la Convención.
El hecho político del cierre del borrador del texto de Constitución ha sido acompañado, durante las últimas semanas, por un intento sostenido del Presidente Gabriel Boric de ordenar la agenda política de su gobierno.
El Informe de Coyuntura Política publicado por el Instituto Libertad y Desarrollo de Chile analiza las semanas decisivas que se vienen, ahora que la Convención Constitucional ha terminado de sesionar, así como también el ambiente pesimista que se refleja en las últimas encuestas, no sólo en el plano político, sino también el económico. En tanto, según el Informe de Coyuntura Económica, Chile ahonda en el difícil escenario que enfrenta su economía, con una importante caída de la inversión y del consumo de las familias, y, por otro lado, un recrudecimiento de la inflación.
Todo ello ha incrementado la posibilidad de una recesión, con las consiguientes presiones por medidas populistas que, más que ayudar, agravan la situación.
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