“Además de garantizar la reducción, estamos ampliando su alcance y anticipando su puesta en marcha. Eso significa menos gastos para cada uno de los brasileños y para toda la economía del país. Vamos a reducir los costes del sector productivo y eso significa más inversión, más producción y más empleo. Todos, sin excepción, van a salir ganando”, dijo la presidenta.

Sin embargo, la presidenta no explicó cuánto más va a costar al erario público este aumento de la reducción de la factura eléctrica. Las primeras previsiones cifraban en 3,3 billones de reales lo que el Tesoro brasileño tendría que aportar. Según los últimos ajustes técnicos, garantizar la rebaja, eleva las cuentas a 8,46 billones anuales.

Para defenderse de los sectores más críticos, que no creían en el cumplimiento de tal promesa y auguraban recortes en el suministro, las autoridades brasileñas han explicado que el país venderá la deuda pendiente de la planta de Itaipu. Esta planta, construida por Brasil y Paraguay, fue financiada con recursos brasileños y su devolución está acordada en plazos hasta el 2023, con un saldo deudor, en la actualidad, de entre 14 y 15 billones de reales.

“El dinero necesario para garantizar la reducción de tarifas eléctricas, no va a salir del consumidor a través del Tesoro Nacional, eso no tendría sentido. Ese dinero saldrá del crédito del sector”, aseguró el Ministro de Minas y Energía, Edison Lobão.

La razón del aporte público se encuentra en que las medidas anunciadas en septiembre del año pasado por el gobierno, en la que se exigía a las empresas concesionarias de energía la adopción de las nuevas tarifas, no fueron aceptadas por algunas de ellas y amenazaron con recortes de suministro en proyectos sociales, deportivos e institucionales, para compensar la rebaja. Estas cumplen contrato en 2015, y se prevé que, con las nuevas licitaciones, el aporte público, a partir de esa fecha, se reduzca a 3,3 billones, como estaba previsto inicialmente.

Lobão también afirmó que los programas sociales no se verán afectados por el recorte de las tarifas de la luz. “Tal como prometió la presidenta, todo consumo residencial va a bajar, como mínimo, un 18%, y ningún programa social será interrumpido”, aseguró el ministro.

En este contexto, la presidenta de Brasil, explicó en la sexta Cumbre Bilateral entre Brasil y la Unión Europea de este fin de semana, ante los líderes del Consejo de la UE, Van Rompuy, y de la Comisión Europea, Durao Barroso, que estas medidas se entroncan dentro de las necesidades de impulsar la industria brasileña, después de un más que discreto crecimiento de su economía en 2012, asegurando que Brasil ya ha dejado atrás los efectos de la crisis internacional.