Ha disminuido considerablemente la preocupación por la seguridad de los alimentos a la vez que se considera que ésta va unida al factor precio.

SALUD Y CONSUMO EN LA UE
Esta semana nos hemos visto sorprendidos por una encuesta realizada en Gran Bretaña entre el 22 y el 26 de septiembre para Universal Pictures UK Ltd y cuyos resultados fueron publicados ayer. Se encargó la realización de la encuesta para hacer coincidir sus resultados con la difusión de una película de terror.

Según esta encuesta los insectos domésticos que se arrastran por suelos y paredes atemorizan más a los británicos que los ataques terroristas, o incluso que la muerte. La fobia a las serpientes quedó en tercer lugar, seguida por el temor a las alturas. La muerte se ubicó en un sorprendente quinto lugar en la lista. La visita al dentista quedó en sexto lugar, seguida por las agujas y las inyecciones, y el temor a hablar en público, ya sea en forma profesional o en eventos familiares. El miedo a las deudas quedó en noveno lugar, superando a las preocupaciones por volar en avión.

Con un ámbito mayor y un sentido con mayor valor social, otra encuesta ha analizado los hábitos alimenticios y las amenazas para la salud en cinco Estados miembros de la UE (Alemania, Gran Bretaña, Italia, República Checa y Francia). El estrés (17%) y el tabaco (17%) son las mayores amenazas para la salud de los europeos a la vez que los ciudadanos de esos países consideran saludables sus hábitos alimenticios incluso cuando sufren sobrepeso.

El estudio ha sido presentado en Bruselas con motivo del congreso ´Rasgos alimenticios: comer bien, sentirse bien´, con la peculiaridad de reproducir el cuestionario ya aplicado en los mismos países en el año 2002. En el trabajo se analiza la confianza de los consumidores en la seguridad de los productos, la percepción de los riesgos para la salud y la efectividad de las medidas contra la obesidad.

Nada menos que un 17% de los ciudadanos encuestados cree que el estrés es la mayor amenaza para la salud. El mismo porcentaje cree que es el tabaco. Detrás, el 10,9% señala el sobrepeso y el 7% los estilos de vida poco activos y las dietas desequilibradas.

En la lucha contra la obesidad, un 43% de los encuestados opinan que la mejor herramienta es la educación, con programas específicos desde las escuelas. Para un 17% sería necesario proceder a una reformulación de los productos ya existentes en el mercado. Tan sólo un 13% de los encuestados consideran que hay falta de información por lo que a los contenidos nutricionales de cada comida se refiere.

La preocupación por la seguridad de los alimentos ha descendido del 59 al 44% en los dos últimos años. El factor del precio, como fundamental a la hora de adquirir un producto, ha crecido del 13 al 21%. Y dos tercios de los encuestados, tanto en 2002 como en 2004, creen que los alimentos son más seguros o igual de seguros que hace veinte años.

En Gran Bretaña se tiene una mayor conciencia de los peligros de una alimentación poco compensada, algo que no sucede en los demás países, en los que una mayoría de los consumidores cree que sus hábitos alimenticios son buenos, incluso aquellos individuos que tienen sobrepeso.