Ya se han conocido los resultados y por tanto, las reacciones a los mismos. En El Mundo hallamos un buen conjunto de ellos. Por un lado, como dato cuantitativo que la formación de Buteflika ha logrado 220 escaños sobre 462 en disputa. La Alianza Argelia Verde (islamista) ha logrado 48. En cuanto a la abstención, que ha sido elevada, encontramos las valoraciones del Ministro del Interior: “era previsible esta abstención. Sabemos que muchos argelinos no toman parte en las parlamentarias y sí en las presidenciales. Ya sabemos que los argelinos no votan mucho”.

 

La Vanguardia insiste en los dos hechos claves de estos resultados: el FLN se impone y los islamistas pierden terreno, pero junto a ello nos ofrece el testimonio de un integrante de la Alianza, Abdel Razeq, quien sostiene que ha habido manipulación a favor de los partidos de la administración.

 

En El País hallamos una interesante conclusión: el panorama político en Argelia parece estancado, recordando que ha vivido la experiencia de la “Primavera Árabe”. Para el partido de Buteflika son importantes estos resultados porque han sido validados por los organismos internacionales que han hecho las labores de observación.

 

El especialista Rafael Ortega, desde las páginas de La Razón, analizaba el fenómeno o mejor dicho, la relación entre Argelia-Primavera Árabe: “Argelia está intentando hacer una primavera árabe a su manera. Las autoridades argelinas están buscando su propio estilo. Por un lado, intentan evitar la caída del régimen y al mismo tiempo buscan iniciar un proceso de reformas democráticas tutelado por sus gobernantes”.