Informe de Coyuntura Económica que analiza la situación de la economía chilena para enfrentar el conflicto comercial que Estados Unidos ha desatado contra el mundo.

El escenario económico mundial ha cambiado sustancialmente en las últimas semanas
debido al conflicto comercial que Estados Unidos ha desatado contra el mundo, en
donde la sorpresa fue el anuncio de que a Chile se le aplicarían aranceles de 10%, con la
exclusión del cobre y productos forestales. Ninguna de las justificaciones entregadas por
la Casa Blanca para este arancel de 10%, en vigencia para muchos países, se aplican a
Chile, ya que, en virtud del Acuerdo de Libre Comercio, nuestro país no aplica ningún
arancel a productos norteamericanos. Adicionalmente, el Banco Central chileno no
manipula el mercado cambiario y con relación a la piratería, se han logrado avances
significativos. Por todo lo anterior, Chile debe ser excluido de dicha lista.

Este arancel especial afecta productos como las frutas, vinos y salmones, donde la
posibilidad de transferir el arancel al precio del consumidor norteamericano es limitada,
lo cual implica que parte sustancial del impuesto lo absorberá la cadena productiva en
nuestro país. Esto comprime el margen en esas industrias y afecta a todos los
proveedores. Adicionalmente, la incertidumbre provoca también la postergación de
decisiones de compra de bienes durables por parte de las familias, así como de inversión
por parte de las empresas. Todo lo anterior afectará la demanda agregada durante el
presente y próximo año, con lo cual no es inesperado que las proyecciones de
crecimiento se estén corrigiendo a la baja.

Lamentablemente, la situación de la economía chilena para poder enfrentar este shock
negativo es más débil que lo observado hace una década atrás, ya que durante los
últimos años se incrementó la deuda pública, se redujo el stock de ahorro en el FEES e
incluso se ha extraído parte del patrimonio de la Corfo. Todo lo anterior, para financiar
un desequilibrio fiscal que no solo ha generado el incumplimiento del compromiso fiscal
de la actual administración, sino que también compromete la planificación para el
próximo Gobierno.

Este episodio, todavía impredecible en su duración y el impacto para Chile, debe
llevarnos a reflexionar sobre la necesidad de recuperar los elementos que nos
permitieron enfrentar la crisis subprime e incluso el terremoto de 2010. Esas fortalezas,
al parecer, fueron consideradas como permanentes y que no requerían una disciplina
constante, por lo cual la reconstrucción de ellas será un desafío sustancial.

Informe preparado por el Programa Económico, Libertad y Desarrollo.
Responsable: Tomás Flores Jaña

tflores@lyd.org

El informe completo en este enlace.