Para saber si existe una escuela del retrato español se ha reunido lo más notable del género, en una exposición que no deja de ser ´nuestro álbum de familia´.

EN UN OTOÑO DESLUMBRANTE
El retrato español: del Greco a Picasso propone a los visitantes del
Museo del Prado un viaje en el tiempo a través de los retratos realizados por
algunos de los mejores pintores de todos los tiempos, en los que han conseguido
plasmar no sólo unos tipos físicos sino también la evolución de toda una
sociedad.

Monarquía, cortesanos, representantes de la Iglesia, bufones,
enanos han sido pintados por los más de treinta artistas presentes en la
exposición, abierta hasta el 6 de febrero, en la que también se pueden
contemplar obras de Ribera, Luis Meléndez, Murillo, Zurbarán, Nonell, Zuloaga,
Miró o Juan Gris.

Junto a estos, Picasso, con siete obras, vuelve al
Museo del Prado, del que en 1936 fue nombrado director aunque nunca llegó a
tomar posesión, «y lo hace no de una manera aislada, sino integrado en un
discurso que enlaza su pintura con la tradición del retrato español».

Un
total de 87 cuadros, muchos de ellos no exhibidos nunca en España, de pintores
como Velázquez, Goya, El Greco o Picasso (en total más de 30 artistas) componen
esta muestra que por primera vez exhibe en España una historia monográfica del
retrato, buscando dar respuesta a una pregunta: “¿Existe un retrato español, una
identidad de escuela de este género?”, según el director del museo del Prado,
Miguel Zugaza.

Para resolver esta cuestión se han reunido por primera
vez los ejemplos más notables del retrato «salidos de los pinceles de los más
destacados artistas durante siglos», en una exposición que no deja de ser
«nuestro álbum de familia, un túnel del tiempo».

«No se si existe un
retrato español pero de lo que no hay duda es de que los que se acerquen a esta
exposición verán el verdadero retrato del museo del Prado de hoy y de lo que
será en el futuro», declaró el director para quien este otoño es el más
deslumbrante en actividad expositiva que ha conocido Madrid en los últimos años.


«Los ingredientes del retrato español son muy variados y la exposición
pretende enseñarlos y mostrar unas líneas de convivencia, desde los más sobrios,
como los de Pedro de Campaña hasta el de Gertrude Stein de Picasso o los de
corte, de Antonio Moro hasta Goya. En opinión de Gabriela Finaldi, director
adjunto de Conservación e Investigación del museo, si algo caracteriza al
retrato español «es la gran humanidad que nos transmiten cada una de las
imágenes».

En este «retrato del retrato español que es la exposición»,
según Javier Portús, comisario de la misma, están presentes «todos los que
tuvieron algo que decir, ya que quiere ser representación de lo que ha sido el
retrato en España». Además, es la primera muestra que de forma tan ambiciosa se
dedica a la historia de este género, a través de cinco siglos «en un relato con
continuidad».

Portús ha planteado la muestra «como una invitación para
que el público participe en esta historia y no sea un espectador pasivo. Podrá
también reflexionar sobre los límites del género mediante obras que sin ser
propiamente retratos han sido realizadas con una acusada voluntad naturalista».