El Reino Unido se prepara ante un eventual atentado terrorista de grandes dimensiones y realizó el domingo un simulacro con la fuerzas de seguridad.

LUCHA ANTITERRORISTA
El Reino Unido realizó el domingo un simulacro de atentado terrorista
con gas nervioso para comprobar el nivel de respuesta de los servicios de
emergencia y fuerzas de seguridad, en el que unas 400 personas hicieron de
“víctimas”.

Esta acción, que ha sido la mayor realizada en el país, se
desarrolló en Birmingham y contó con la participación de 2.000 miembros de la
policía y los servicios de bomberos, junto con voluntarios del Ejército y la
Cruz Roja.

Según la responsable, Helen Braithwaite, el ensayo no
responde a “ninguna amenaza específica sino que forma parte de un programa para
garantizar la coordinación de los servicios de emergencia en caso de un posible
ataque químico, biológico o nuclear”.

Según Braithwaite, “todos somos
conscientes de que la amenaza del terrorismo internacional sigue siendo real y
seria” aunque no quiso crear alarma entre la población y les animó a mantenerse
“en alerta, pero no alarmados”.

Tiempo de
reacción muy largo

La operación, llamada “Ejercicio Horizonte”,
comenzó en la mañana del domingo en los condados ingleses de West Midlands,
Herefordshire, Staffordshire, Shropshire, Warwickshire y Worcestershire.


Una de las pruebas consistió en que los servicios de emergencia
atendieran a 400 personas en el edificio del Centro Nacional de Exposiciones de
Birmingham.

En torno a ese lugar, acordonado por la policía, se
instalaron unidades de descontaminación para atender a las “víctimas”, a quienes
se les despojó de sus ropas para introducirlas en una duchas especiales de
desinfección.

Más de cuatro horas después del imaginado ataque, muchos
“afectados” aún esperaban para ser descontaminados, mientras que los que ya se
habían sometido a ese proceso eran evacuados por numerosas ambulancias.


Según Peter Wilson, periodista de la cadena británica BBC de Londres,
muchas de las falsas víctimas de este ejercicio en Birmingham no fueron
atendidas y mostraron su enojo por la respuesta de los servicios de emergencia.


Ensayo vital

Una portavoz del
servicio de bomberos calificó el simulacro como un ensayo vital y explicó que
los efectivos del cuerpo “se han entrenado durante los últimos seis meses para
usar los equipos en una situación realista, pero de un forma segura y
controlada”.

Por su parte, el sindicato de bomberos denunció que 300 de
sus miembros participaron en el simulacro bajo presión en espera de su paga
honorífica. Así, afirmó que recibieron una carta que les advertía de que, si no
intervenían en el ejercicio, no recibirían ningún dinero.

Este operativo
se incluye en un programa antiterrorista que ya simuló el pasado año un atentado
químico en el metro de Londres, donde se ha reforzado la seguridad desde los
ataques perpetrados contra Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001.