Akihito, de 82 años, afirmó que padece “muchas limitaciones” y que ha sentido “un declive en su estado físico”.

El emperador japonés, Akihito, comunicó a la nación a través de un mensaje televisado nunca visto antes en el país nipón su deseo de abdicar debido a su frágil salud y avanzada edad, lo que obligará a reformar la ley ya que no contempla la sucesión dinástica en vida.

Akihito, de 82 años, afirmó que padece "muchas limitaciones" y que ha sentido "un declive en su estado físico" tras ser intervenido quirúrgicamente en dos ocasiones, por lo que le será difícil "seguir asumiendo responsabilidades importantes", en un discurso que había generado una enorme expectación en el país asiático. El mes pasado se operó del corazón y ha recibido tratamiento para el cáncer de próstata.

La figura del emperador según la Constitución japonesa es un mero símbolo de Estado y de la unidad del pueblo, aunque antaño era considerado de origen divino, semejante a los monarcas absolutistas de la Edad Media en Europa.

Akihito asumió el trono en 1989 después de la muerte de su padre, Hirohito, en cuyo nombre Japón combatió en la Segunda Guerra Mundial. Ha buscado cerrar las heridas de la guerra en Asia durante viajes al extranjero e intentó llevar la monarquía más cerca del pueblo, algo que se le es reconocido por la gran mayoría de japoneses.