La ONU, con los valiosos consejos de la OMS, ya ha puesto en marcha la Convención para el Control del Tabaco, con el objetivo de reducir el consumo y eliminar vacíos legales.

PARA ELIMINAR LAGUNAS JURÍDICAS
Ya ha comenzado la batalla contra el tabaquismo por parte de Naciones Unidas. La
Convención de la ONU para el Control del Tabaco se acaba de estrenar con el
firme objetivo de eliminar las “lagunas jurídicas” de las que se beneficiaba
hasta ahora la industria. Atacando los vacíos legales se pretende conseguir la
reducción en el consumo de un producto que significa la muerte para millones de
personas cada año.

Junto a los motivos de salud, los más importantes,
tampoco podemos olvidar los económicos. Puesto que las enfermedades provocadas
por el tabaco pueden llegar a suponer pérdidas netas de 200.000 millones de
dólares en tratamientos y perjuicios a la productividad.

La Organización
Mundial de la Salud (OMS) está detrás de esta iniciativa que, de una vez por
todas, quiere poner freno a la primera causa de mortandad en el mundo. Para
lograrlo ya se ha empezado a proponer medidas tales como la prohibición de la
publicidad, patrocinio o cualquier otra estrategia de promoción. Asimismo, se
pondrán en marcha controles de calidad de aire en el interior de los
establecimientos, y se reforzarán las leyes contra el contrabando.

Si
tenemos en cuenta que, hasta el momento 57 países forman parte del Tratado, en
total quedan cubiertas 2.300 millones de personas de todo el mundo. Ahora, al
entrar en vigor la Convención, los Estados habrán de trasponer sus propias
disposiciones a la legislación nacional. En este sentido, dispondrán de tres
años para garantizar las advertencias sobre los riesgos para la salud en los
paquetes de tabaco, y de cinco años para establecer una prohibición efectiva
sobre la publicidad.

Muchos países ya cuentan hoy en día con estas
disposiciones, pero el tratado les permitirá además la implantación de medidas
de implicaciones transfronterizas “de forma coordinada y estandarizada”, señala
la OMS. El objetivo, sólo uno: dejar “menos lagunas jurídicas a la industria,
que actualmente encuentra formas de sortear las leyes nacionales”.

El
director general de la OMS, Lee Jong-wook, ha animado a todos los países a
unirse a esta iniciativa para implantar “las medidas que harán que el tabaco sea
cada vez menos atractivo para la gente”. No en vano, a menos que la tendencia
cambie, el tabaco matará prematuramente a diez millones de personas en 2020, ya
que, según aclara la OMS, este es el “único producto legal que provoca la muerte
de la mitad de sus consumidores habituales”.