La OMS pretende poner fin a la tendencia al alza de la enfermedad obesa, que en algunos países alcanza un índice preocupante.

SANIDAD
Por primera vez en la historia la OMS ha aceptado establecer una estrategia
común contra la obesidad, que está considerada la epidemia de este siglo y que
por primera vez afecta de manera preocupante a los países más empobrecidos,
sobre todo por la falta de actividad física y la alimentación desequilibrada.


A pesar de que los datos de la OMS destacan que las enfermedades
cardiovasculares, la diabetes y algunos tipos de cáncer vinculados al sobrepeso
son responsables del 60% de muertes en el mundo, la aprobación por consenso de
esta estrategia ha precisado de intensas negociaciones.

El plan alienta
a los gobiernos a imponer límites al contenido de grasa, azúcar y sal en los
alimentos lo que provocó que algunos países como Brasil expresasen su rechazo al
considerar que podría usarse para justificar medidas restrictivas en el
comercio.

Otros como Cuba, República Dominicana, Mauricio y algunos
africanos, en cuyas economías es fundamental la producción azucarera quieren
evitar que se establezcan límites globales en la ingesta de este producto.