Un total de 816 personas murieron y 323 resultaron heridas en la estampida que se produjo ayer sobre un puente de Bagdad durante una fiesta religiosa chiíta, según un nuevo cómputo establecido por una fuente de seguridad. Además de los muertos en la estampida, 25 personas fallecieron tras ingerir comida envenenada y sus cadáveres fueron llevados al hospital, agregó. Antes de la estampida, siete otras personas murieron y 37 resultaron heridas debidos a ataques rebeldes con morteros.

El pánico surgió ante rumores de inmolación de un atacante

Una fuente de la policía explicó que la multitud se estaba dirigiendo a la mezquita de Kadimiya, en el distrito antiguo del norte de Bagdad, para participar en una ceremonia religiosa, cuando alguien gritó que había un atacante suicida entre ellos.

“Cientos de personas comenzaron a correr y algunos se arrojaron del puente al río”, dijo la fuente de Interior.

“Muchos ancianos murieron inmediatamente como resultado de la estampida, pero decenas se ahogaron; muchos cuerpos aún están en el río y hay botes trabajando para sacarlos”, agregó.

La mayor parte de los muertos son mujeres y niños, según Interior que “murieron ahogados o pisoteados”, después de que el pánico se extendiese entre la multitud que acudía a una ceremonia religiosa chií.

“Hace una hora la cifra era de 695 muertos, pero esperamos que llegue hasta los 1.000”, declaró a Reuters el doctor Jaseb Latif Ali.

Además, al menos siete personas murieron en tres ataques de mortero contra los miles de fieles que caminaban hacia la mezquita.

Las imágenes de televisión mostraban personas intentando escapar del puente y pilas de zapatillas dejadas en la avalancha.

La tensión entre las principales comunidades religiosas y étnicas de Irak ha aumentado a medida que se acerca un referendo sobre la nueva Constitución iraquí, una cuestión que acentuó las divisiones en el país.

El domingo, el Parlamento completó la redacción del borrador del texto, que ahora debe ser aprobado por un mandato popular antes del 15 de octubre para entrar en vigor.

Celebraciones y duelo

El primer ministro, Ibrahim Yaafari, declaró tres días de luto, informó la televisión pública.

“Esta es una gran tragedia que dejará una cicatriz en nuestras almas”, dijo el presidente Yalal Talabani en un comunicado.

La multitud conmemoraba el martirio de Musa al Kadhim, una figura religiosa venerada por los chiíes.

El ministro del Interior, Bayan Jabor, culpó a un “terrorista” de extender los rumores sobre la presencia de un suicida.

“Lo que ocurrió fue que la gente empezó a empujarse después de que un terrorista difundiese el rumor de que había un suicida entre la multitud”, declaró a la televisión pública.

A pesar del borrador de la Constitución, no hay signos de una reducción de la actividad de la insurgencia de los musulmanes suníes, dominantes bajo el régimen de Sadam Husein, y de las guerrillas inspiradas por Osama bin Laden.