El resultado del IMACEC en marzo pasado, donde la actividad económica cayó -1,9% en 12 meses, generó nuevamente un debate entre los expertos sobre la presencia de una recesión en Chile. En este contexto, el ministro Marcel señaló que la economía estaría más bien estancada o creciendo levemente, dado que la serie desestacionalizada muestra un leve aumento de la actividad en el primer trimestre de 2023 con respecto al último cuarto del año pasado.
El profesor Tomás Rau, director del Instituto de Economía de la Universidad Católica, nos recuerda la clasificación ideada por Julius Shiskin, quien en 1974 publicó en el New York Times su definición de recesión como “una disminución en el Producto Interno Bruto (PIB) real ajustado estacionalmente y, según el calendario, en al menos dos trimestres consecutivos”.
Sin embargo, Rau añade que en Estados Unidos, el National Bureau of Economic Research (NBER), no hace una referencia taxativa sobre la duración de la caída del producto y se basa en una serie más amplia de indicadores para definir si la economía se encuentra en recesión. Dicho organismo define una recesión como “una disminución significativa en la actividad económica que se extiende por toda la economía, que dura más de unos pocos meses, normalmente visible en el PIB real, el ingreso real, el empleo, la producción industrial y el comercio mayorista y minorista”. De esta manera, el profesor Rau señala que la economía chilena podría encontrarse en recesión según esta última descripción o estancada si usamos la de Shiskin.
En el año 2009 -en medio de la crisis subprime-, también se produjo la discusión sobre el momento en el cual Chile estaba atravesando por una recesión, dando cuenta que el
componente político se introduce en el debate, lo cual evidentemente se aleja del foco
del análisis económico.
En la actualidad, Chile exhibe siete meses consecutivos de variaciones negativas del
Imacec, un alza sustancial de la tasa de desempleo, una aceleración en la quiebra de
empresas, entre otros elementos que reflejan el deterioro de la economía. Más allá de la discusión sobre la temporalidad de la recesión, debemos concentrar el esfuerzo en
políticas para modificar estas trayectorias, que claramente están afectando la situación
cotidiana de los chilenos.
Lamentablemente, las prioridades han estado en la reforma al sistema previsional, en el alza de impuestos y el debate que podría extinguir el ecosistema de servicios de salud privada. No existe en este contexto, la misma energía en relación a medidas en favor del crecimiento y la inversión, que se encuentran en rango de proyección negativo para este año.
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Informe preparado por el Programa Económico, Libertad y Desarrollo.
Responsable: Tomás Flores Jaña tflores@lyd.org / Redacción: Soledad Monge.
