La diplomacia británica, última víctima del radicalismo iraní.
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Reino Unido abandona Irán
Ante el aumento de las sanciones económicas contra el régimen de Teherán, la reacción de sectores estudiantiles iraníes ha sido radical: sucesivas invasiones de la embajada británica en Teherán, ante el cual el gobierno británico ha optado por desalojar a buena parte de su personal diplomático allí acreditado. En 2007, como bien contextualiza El País, sucedió algo parecido y los mismos sectores lanzaron piedras contra la sede de la embajada.
Emiratos Árabes será el nuevo destino del personal que hasta hace unos días ejercía su trabajo en Teherán. Al respecto, nota de prensa del Ministerio británico de Asuntos Exteriores: “tras los acontecimientos de ayer y para garantizar su seguridad, los miembros del personal están abandonando Teherán” (
ABC). El Mundo da un paso más en la definición de la situación que actualmente viven los dos países hablando de ruptura de total de relaciones, mientras que el Ministerio de Exteriores iraní ofrecía una explicación peculiar de lo acontecido, expresando “su pesar por el comportamiento inaceptable de un pequeño número de manifestantes”. Pese a ello, Reino Unido no ha dudado en acusar al gobierno iraní de ser responsables de los hechos acaecidos y William Hague fue tajante afirmando que: “claramente va a haber otras consecuencias más serias” (La Vanguardia).
“Irán desafía a Reino Unido” es el titular de La Razón, que acompaña con el análisis de Alfonso Merlos quien sostiene que se trata de un “asalto marca de la casa” y por lo tanto “Londres, Washington, París y Berlín deberán reaccionar con contundencia ante estos actos de salvajismo, solo atribuibles a quienes en su estrategia de terror no cejan en el manejo de la amenaza. Occidente no puede permitirse perder esta guerra sin haber dado una sola batalla”. Finalmente, el diario de Planeta ofrece declaraciones de David Cameron que calificó los acontecimientos como “inaceptables”.
El Periódico se centra en la condena internacional a lo sucedido en Irán por ejemplo del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que mostró su “preocupación”; desde la UE, Catherine Ashton empleó el adjetivo de “inaceptables” para describir los hechos, aunque una de las reacciones más sorprendentes es la de la Rusia: “los actos de una multitud de manifestantes cometidos en violación de las normas del derecho internacional son inaceptables y merecen una condena".
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