Con sus propias palabras: “me complace muchísimo, Presidente Chávez, haber podido firmar este acuerdo de alcance parcial, este nuevo tratado comercial que sin duda va a representar mucho bienestar para el pueblo venezolano y para el pueblo colombiano, porque de eso se trata, de generar prosperidad, de generar bienestar, generar empleo en los dos países” (El Espectador).

Antes de su llegada a Caracas, el colombiano había sido muy pragmático: “tenemos unas inmensas diferencias  pero también una inmensa obligación con nuestros pueblos de entendernos”, espetó, encontrando una réplica en la misma dirección por parte de Hugo Chávez: "entre Colombia y Venezuela siempre hay temas álgidos y Santos y yo hemos decidido tocarlos así, de manera frontal, de manera clara y franca" (Tal Cual DigitalEn todo momento, Hugo Chávez se mantuvo fiel a su dialéctica: “me siento colombiano en el alma y en las vísceras” y apostó por continuar las relaciones como hasta ahora, ya que redundará positivamente en el bienestar de ambos pueblos (El Espectador).

El diario venezolano Panorama trae otra parte del punto de vista de Chávez al terminar la reunión: “no soy enemigo de Colombia” y, con respecto a las acusaciones recibidas sobre la colaboración de su gobierno con las FARC, él las negó: “no avalamos aquí a ningún grupo, llámese guerrilla, delincuencia, narcos. Ojalá que todos lo crean, de verdad".

En plena visita de Santos, fue detenido en Venezuela uno de los narcotraficantes más buscados por la justicia de Estados Unidos. Se trata de Maximiliano Bonilla Orozco, hecho que Hugo Chávez destacó ya que “está en la lista de los objetivos de alto valor para Colombia” (Clarín).