La criminalidad aumenta de manera progresiva, de eso no cabe ninguna duda. Venezuela es uno de los mejores ejemplos de ello en Latinoamérica y el mundo.
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Miércoles, 15 de enero 2025
La criminalidad aumenta de manera progresiva, de eso no cabe ninguna duda. Venezuela es uno de los mejores ejemplos de ello en Latinoamérica y el mundo.
Los homicidios se han multiplicado por cinco en dos décadas
La criminalidad aumenta de manera progresiva, de eso no cabe ninguna duda. Venezuela es uno de los mejores ejemplos de ello en Latinoamérica y el mundo. Así quedó demostrado en un informe que entregó el Programa de las Naciones Unidas (en ese estudio quedaba el país como el más violento del mundo en 2004) y ratificado con la ponencia que el sociólogo Roberto Briceño León hizo en el foro que organizó la Cámara Venezolano Americana de Comercio e Industria (Venamcham). Allí el experto investigador explicó que para 2003 hubo un incremento en el número de homicidios ocurridos en toda la nación.
En el estudio realizado por el Laboratorio de Ciencias Sociales de la Universidad Central de Venezuela (presidido por Briceño León), se muestra que para ese año, por cada 100 mil habitantes, se registraron 50 homicidios; cinco veces más que los ocurridos en 1984.
En 1993 hubo un total, refirió el experto, de 4.292 asesinatos en todo el país, según cifras conocidas por las autoridades. Diez años después, sólo en Caracas se contabilizaron 4.436 muertes violentas.
Las razones del aumento inusitado de la violencia
Las razones que podrían explicar el porqué de tan pronunciado incremento, agregó Briceño León, son: las transformaciones de la sociedad, el descalabro de las instituciones, el fin de la paz social debido a importantes crisis políticas y la ilegitimidad de la división social.
En cuanto a este último punto, el sociólogo refirió que las comunidades más violentas son aquellas donde la confrontación de las clases es más notoria. “En la propia Venezuela, la criminalidad no se concentra en las entidades más pobres, sino en aquellas donde hay una confrontación entre los estratos sociales… la violencia es el resultado de la convivencia mal encaminada de la riqueza y pobreza”.
Para corregir esta situación y mermar la necesidad que ha manifestado el venezolano de tomar la justicia por sus propias manos, es necesario atacar las tres crisis que han alimentado la delincuencia: Acentuados problemas en las instituciones que inhiben la violencia (la familia, la religión y la educación), crisis de los organismos que disuaden la violencia (sistema judicial y carcelario y aplicación de las normativas) y deterioro en los grupos que reprimen la violencia (manejar el descrédito de las diferentes policías). “No puede haber represión sin respeto a los Derechos Humanos… si no queremos que la crisis siga creciendo, hay cosas que deben cambiar”, concluyó el sociólogo.
Fuente: El Universal: María Isoliett Iglesias.
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