La Vanguardia ofrece información adecuadamente contextualizada. Nos cuenta que los conflictos de tierras (hectáreas) son frecuentes en China. Son los llamados “incidentes sociales” como los llama el gobierno de Pekín y un 65% están relacionados con la expropiación de tierras. Durante los años noventa, este tipo de situaciones fueron habituales, con ataques a las sedes policiales y del gobierno (ABC).

 

En la reciente revuelta se ha producido muerte, lo cual fue el detonante para que se radicalizaran las protestas, lo que motivó que las autoridades del lugar, hayan amenazado “al pueblo rebelde” y estén determinadas a perseguir a quienes alentaron la revueltas (La información). Las autoridades y la prensa oficial china hablan de que al persona en cuestión no murió producto de la represión, sino como consecuencia de un infarto que sufrió “en un hecho desafortunado” (El Tiempo).

 

Univisión cuando analiza esta noticia, además de los datos mencionados, aporta el testimonio de sociólogos para los cuales “la razón de estas protestas es la frustración de algunos colectivos olvidados, como los campesinos por el rápido desarrollo chino, que ha aumentado la diferencia entre pobres y ricos y entre regiones más o menos desarrolladas”.