Miguel Baldizón visitó la Unidad Nacional de la Esperanza donde llamó “charlatán” a su competidor, culminando con “ni el dinero puede comprar la voluntad democrática” (Prensa Libre). Por su parte, Pérez Molina se muestra optimista y tiende favorito, especialmente por los resultados logrados en la primera vuelta, cuando obtuvo 1.600.000 votos.
 

Seguridad y justicia, dos pilares fundamentales de su campaña. En efecto, cuando obtuvo el triunfo en septiembre, fueron muchos los medios de comunicación que se centraron en que era sinónimo de “mano dura” pero en Infobae pudimos conocer algo más, poniendo palabras del protagonista: “El Partido Patriota pone sus esperanzas en la maquinaria electoral que ha construido por más de tres años, un sistema de identificación de voto favorable conducido a pie… A esto se suma el papel de los caciques de distrito reclutados para la campaña".

En esta campaña se han gastado 65 millones de dólares según han informado organismos independientes y sobre todo, contra ninguno de los dos candidatos pesa ninguna orden de los tribunales (El Heraldo). Las encuestas siguen siendo favorables a Otto Pérez quien insiste a su compatriotas que votar por él, es votar por el cambio; Baldizón tiende a presentarse como el adalid de la paz (La Tribuna).
 

Todo el aparato logístico se ha puesto en marcha y “los primeros destinos serán los municipios más alejados del país. El objetivo es evitar cualquier contratiempo en materia de logística” (ABC).