Una Cámara plurilingüe
La presidenta del Congreso hace unos días recibió una carta firmada por exdiputados y exsenadores en la que le solicitaban que detenga la tramitación de la reforma del Reglamento que convertirá al Congreso de Diputados en una Cámara plurilingüe. Los firmantes, procedentes del PSOE, la UCD y el PP, expresaban su estupor, consternación y rechazo ante la propuesta de que en el Congreso puedan usarse otras lenguas para debatir asuntos que afectan a todos los españoles por igual. La reforma, entonces anunciada hoy aprobada, explicaban los firmantes de la carta, contradice la Constitución, ignora la realidad y no es razonable. El español o castellano es la lengua común de todos los españoles, lo que no niega, ni mucho menos, el valor real y la riqueza cultural de las otras lenguas que se hablan en algunas comunidades autónomas. Estas lenguas gozan de reconocimiento oficial a través de los Estatutos de Autonomía, pero no son lenguas cooficiales del Estado español. El Congreso de los Diputados no es, en ningún caso, el resultado de la representación de intereses particulares, sino la institución que representa a todos los españoles por igual y busca el bien común nacional.