// CARTAS AL DIRECTOR

Las recomendaciones de la Comisión Europea sobre la necesidad de que los Estados miembros de la Unión mantengan vivos los sistemas de equilibro y división entre los poderes del Estado Democrático y Derecho no son fruto de las filias o las fobias nacionales. Se trata, pienso, de un principio clave para el buen funcionamiento de las democracias que, a veces, se olvidan en aras de intereses particulares, parece el caso de gobierno español. El Gobierno de España ha recibido ya una llamada de atención de la Comisión Europea. A esta se suma la reciente recomendación del Consejo de Europa, que no es un órgano de la Unión, pero sí un órgano internacional cuya razón de ser es la defensa de los derechos humanos, especialmente civiles y políticos. ¿Habrá finalmente renovación justa del Poder Judicial?

Jesús Martínez Madrid

Ante las noticias que, algunas solapadamente, van apareciendo sobre los precios de los productos de uso diario, la situación empieza a parecer una pescadilla que se muerde la cola. Si el paro sube, hay menos gente que compra y, si la cosa fluctúa, hay más gente que se guarda el dinero para más adelante, no gasta, consume con menos alegría, y lo notan los comercios, las empresas y los bares. Esa indecisión revela la falta de confianza de unos con otros, posiblemente la mayor enfermedad social de cara al futuro.

Se ha ralentizado la idea de que podríamos salir adelante con alguna facilidad. Acaba el crecimiento exorbitado de la pandemia, pero no se refleja en las cuentas de cada uno, con la electricidad galopante y los problemas estructurales que nos afligen, con un paro desorbitado y pocas ganas de contratar gente nueva. Somos tal vez el país con más ninis de Europa, gente joven que ni estudia, ni trabaja.

No siempre ha sido así, ni tiene por qué ralentizarse. Otros han sabido resolver situaciones parecidas, básicamente, contando con una mayor confianza de todos para tomar las medidas oportunas, confianza y unidad que ha de empezar por los miembros del Gobierno. Vamos palante.

Jesús D Mez Madrid

Cuando Occidente pecó de candidez y abrió con alfombra roja las puertas de la OMC a China, el presidente Obama hizo un primer intento de contrarrestar la influencia económica china en Asia. Donald Trump echó abajo esa iniciativa, pero endureció el discurso. Con formas algo más diplomáticas, Joe Biden ha dado pasos decisivos en la contención militar en el Pacífico, reforzando alianzas regionales, a la vez que sigue la línea de Trump de considerar a China un competidor hostil en tecnología. No hay otra vía.

Sin una determinación clara, Beijing no tomará nunca en serio a los norteamericanos, y así y todo no va a perder ocasión de poner a prueba su determinación. Pero a la vez China representa casi ya el 20 del PIB mundial, y es un socio imprescindible frente a retos como el cambio climático. No será fácil, en otras palabras, encontrar el punto de equilibrio, pero no queda más remedio que buscarlo y a ser posible encontrarlo.

Juan García

Con relación a los presupuestos, las previsiones de recaudación del impuesto de sociedades y los incrementos en el impuesto sobre la renta que se pretenden con los nuevos presupuestos, acabarán repercutiendo en la clase media. También se va a penalizar el ahorro con la reducción de las aportaciones individuales a los planes de pensiones. En vez de destinarse los Fondos procedentes de la Unión Europea a una trasformación profunda de las bases de la economía española, potenciando la formación para el empleo y la productividad, se van a dedicar a alimentar las obsesiones de una política volcada en el gasto social con un claro tinte electoralista, con los jóvenes, los pensionistas y los funcionarios en el punto de mira.

Una muestra es el bono cultural que se regalará a los jóvenes al cumplir los 18 años, la edad en la que comienzan a votar, o las ayudas para el alquiler de vivienda. Mientras los organismos internacionales rebajan las expectativas de crecimiento económico para España, con estos presupuestos Sánchez desaprovecha una oportunidad para reformar en profundidad las bases de nuestra economía y liberarla de sus lastres endémicos.

JD Mez Madrid

Tras mostrar su gratitud a los sanitarios y otros profesionales y voluntarios, los obispos europeos, desde la asamblea del Consejo de las Conferencias Episcopales Europeas, exigen que las vacunas lleguen a todo el mundo sin dejar a nadie atrás, como tantas veces ha reclamado el Papa Francisco. Aunque esta asamblea episcopal se ha ocupado especialmente de la pandemia, sin olvidar situaciones de conflicto como la de Bielorrusia, el encuentro se enmarcó en la permanente preocupación de la Iglesia por el devenir de Europa donde, como destacó el Papa Francisco en su homilía, los templos se vacían y Jesús es cada vez más olvidado. Frente al cansancio de Europa, los cristianos no podemos permanecer cómodamente en nuestros ámbitos de seguridad. Lo que importa ahora es volver a mostrar el rostro siempre joven de Jesús a través del testimonio y de la entrega gratuita a los demás.

Juan García

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