Pensamiento y Cultura

Fences, proverbial interpretación de un matrimonio afroamericano en los años 50

El espectador está ante un texto maravilloso. Ante una penetrante radiografía humana. Ante unos actores que habitan en el territorio de los genios. Ante una película grande. 

139 minutos de electricidad en un solo escenario. Este podría ser el resumen de Fences, la adaptación de la premiadísima obra de teatro homónima obra de de August Wilson, autor también del guion. Concretamente, la sexta de las diez piezas de las que consta el “Ciclo Pittsburgh”, que resume un siglo entero de la vida de los afroamericanos en Estados Unidos. Los protagonistas de esta versión, Denzel Washington y Viola Davis (Troy y Rose), aprendieron sus papeles en los escenarios de Broadway, y ahora es el propio Washington el que dirige la adaptación al cine.

La casa de Troy y Rose –interpretados por Washington y Davis– se convierte en el escenario donde un maduro matrimonio negro, acompañado de un puñado de personas que aparecen puntualmente, se abre en canal para mostrarnos su pasión, sus aspiraciones, sus deseos, sus frustraciones. En definitiva, sus sueños rotos y, en medio de ellos, a pesar de ellos, su lucha por la vida y su decisión de no rendirse.

Denzel Washington compone un personaje que, como reconoce su mujer en un momento de Fences, lo llena todo. Es proverbial la interpretación de un actor que desaparece literalmente para dejar vivir solamente al personaje.

Junto a él, en el ring, pelea una soberbia Viola Davis. Frente al torbellino de energía y vaivenes de su marido en la ficción, ella es sólida como una roca. Una mujer fuerte, enamorada y, al mismo tiempo, sabia. Cuando en el tramo final de la historia su personaje destape, por fin, el frasco de las esencias de sus decisiones, descubriremos lo que solo una mujer de hierro puede hacer por el amor de los suyos.

En ese momento descubrirá también el espectador que –aunque la historia se desborde a ratos mientras se cocina con demasiada pausa en otros– está ante un texto maravilloso. Ante una penetrante radiografía humana. Ante unos actores que habitan en el territorio de los genios. Ante una película grande. 

Director: Denzel Washington

Guion: August Wilson.
Intérpretes: Denzel Washington, Viola Davis, Mykelti Williamson, Russell Hornsby, Saniyya Sidney, Stephen Henderson. 
139 min. 
Adultos.
 (D)

Ana Sánchez de la Nieta
© Aceprensa

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