Los servicios secretos italianos pagaron decenas de miles de dólares a los jefes talibanes y los señores de la guerra afganos de las zonas donde estaban desplegadas sus tropas para evita bajas que supusieran un coste político al Gobierno, según publicó el británico Times. Esto creó una falsa sensación de seguridad que tuvo entre sus efectos que cuando los soldados franceses sustituyeron a los italianos diez de ellos murieran en una emboscada.

Creó problemas de seguridad a la OTAN

Semanas antes de este ataque, los servicios de Inteligencia de Estados Unidos descubrieron el pago de estos sobornos a los talibanes por parte de los italianos en zonas como Herat, lo que produjo una protesta diplomática ante el Gobierno de Silvio Berlusconi pero no se hizo público "para evitar el escándalo", según fuentes de la OTAN citadas por el diario londinense. Sin embargo, que esta práctica también tenía lugar en la zona de Sabori no se descubrió hasta después del ataque contra los franceses, lo que hizo que estos evaluaran de forma incorrecta los riesgos de la zona.