América, Política

La historia detrás del cierre del gobierno

El verdadero asunto no es el cierre del gobierno, sino más bien la insistencia por parte del presidente Obama y de Reid en imponer Obamacare


De forma muy parecida a lo que sucedió al día siguiente de que dieran comienzo los recortes presupuestarios debidos al embargo de fondos, la mayoría de la gente se levantará hoy viendo que el país y sus vidas no son muy diferentes. Todo el temor y la ansiedad por el cierre del gobierno (que están alcanzando proporciones similares al efecto 2000) es en realidad una distracción.

Y es que lo importante no es la financiación del gobierno. Es Obamacare.

La Cámara de Representantes ha aprobado múltiples proyectos de ley que financiarían totalmente el gobierno, pero que desfinanciarían o aplazarían Obamacare. Sin embargo, el Senado ha rechazado estos planes y se supone que los sistemas especializados de seguro médico de Obamacare empiezan hoy.

Parece no importar el hecho de que el Congreso y la administración ya hayan aplazado las disposiciones principales de Obamacare y hayan concedido favores especiales a los sindicatos y al propio Congreso.

Por eso, creemos que el pueblo americano también se merece una exención de Obamacare.

El presidente y el líder de la mayoría en el Senado, Harry Reid (D-NV), continúan enfrentándose a la voluntad de la opinión pública con el fin de defender una ley inviable que ha hecho subir las primas de la atención médica de los ciudadanos, ha reducido la jornada laboral de los trabajadores, ha hecho que sea más difícil encontrar un empleo y ha obligado a muchos americanos a dejar su actual cobertura médica.

Por tanto, el verdadero asunto no es el cierre del gobierno, sino más bien la insistencia por parte del presidente Obama y de Reid en imponer Obamacare al pueblo americano.

El Congreso está ahora debatiendo sobre el aplazamiento de más apartados de Obamacare, pero el único modo de proteger a los americanos de los terribles efectos de esta ley es eliminar su financiación.

Mientras se desarrolla este debate en el Capitolio, los servicios públicos esenciales seguirán adelante. Los aeropuertos siguen funcionando, los pagos del Seguro Social se siguen emitiendo y las fuerzas armadas nos siguen protegiendo.

Sin embargo, para el presidente Obama y sus socios, que el gobierno asuma el control de la atención médica es una función “esencial” que se debe anteponer a todo lo demás, a pesar de los profundos desacuerdos acerca de los efectos que tendrá sobre la nación. Este debate no se ha terminado, ni debería hacerlo hasta que el pueblo americano esté protegido frente a un gobierno que quiere tomar el control de su atención médica.

Un cierre del gobierno no es el fin del mundo, pero un cierre de Obamacare sería un magnifico comienzo para una verdadera reforma de la atención médica.

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