Un viaje por Occidente para entender cómo China está desafiando el orden mundial.
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Sábado, 05 de octubre 2024
Un viaje por Occidente para entender cómo China está desafiando el orden mundial.
Los autores de este libro son dos periodistas que en 2011 publicaron La silenciosa conquista china, sobre la extensión de la influencia económica del gigante asiático por Asia, África y Latinoamérica. Esta nueva obra, que también combina entrevistas e investigaciones sobre el terreno, tiene como escenario el mundo desarrollado, particularmente Europa, EE.UU. y Canadá, donde han crecido las inversiones chinas.
La ávida búsqueda de recursos naturales y el desembarco de empresas chinas, en su mayor parte controladas por el Estado, y que compran activos de destacados sectores económicos occidentales, justifican sobradamente el título del libro. Así se ha llegado a una situación en la que, según Cardenal y Araújo, los responsables son los políticos occidentales, con independencia de su ideología, por su actitud pragmática hacia una China de la que solo esperan negocios e inversiones, sobre todo en tiempos de crisis.
A través de estas páginas podemos viajar a Groenlandia, favorecida por el cambio climático para explotar sus recursos petrolíferos, así como a Canadá, Chipre, Gran Bretaña o EE.UU., donde los chinos se vuelcan en inversiones en el sector de la energía y en infraestructuras. Pero esta expansión económica está sometida a una condición innegociable: no se pueden hacer críticas al régimen comunista ni apoyar a sus disidentes y, por supuesto, tampoco recibir al Dalái Lama. La diplomacia solo debe ocuparse de los asuntos estrictamente económicos, porque, de lo contrario, Pekín amenaza con cerrar el grifo del comercio y las inversiones.
A este respecto, los autores denuncian la mezcla de resignación e ingenuidad que caracteriza la política exterior occidental respecto a China, sobre todo la de la UE, cuyo poder residiría en la creencia de ser el primer bloque comercial del planeta. Exponen que la política exterior europea ha hecho dejación de la defensa de la democracia y los derechos humanos, y certifican, con abundantes ejemplos, que China no se va adaptar al mundo sino que es la comunidad internacional la que se adapta a China.
Las críticas del libro al régimen chino no se quedan solo en el chantaje económico, pues se extiende también –a pesar de todas las campañas oficiales– a la corrupción de sus líderes, vinculada al blanqueo de dinero en paraísos fiscales o en los casinos de Macao. No falta tampoco la descripción de la amenaza del ciberespionaje chino, una actividad que ha encontrado en el escándalo Snowden la excusa perfecta para que Pekín criticara la falta de escrúpulos de Washington por vigilar a sus propios ciudadanos o a gobiernos aliados.
Interesante también el capítulo dedicado a las relaciones entre China y la Santa Sede, cuyo futuro es visto con pesimismo, pese a los gestos de apertura del papa Francisco. La dificultad de avanzar en este ámbito radica, sin duda, en la pretensión del Estado de no dejar nada fuera de su control, incluida la libertad religiosa. Tampoco resulta extraño en un país en el que el partido, el gobierno, la administración y las empresas estatales están en idénticas manos.
Este artículo está en Aceprensa.
Autores: Heriberto Araújo, Juan Pablo Cardenal
Crítica.
Barcelona (2015).
321 págs.
21,90 € (papel) / 12,99 € (digital).
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