Política

Los laboristas terminan su último congreso con Blair convencidos en lograr un cuarto mandato

El viceprimer ministro, John Prescott, puso punto y final al congreso laborista que se celebró en Manchester, una conferencia que ha sido la última para Tony Blair como primer ministro británico y en la que el mensaje del partido ha sido la necesidad de seguir luchando para conseguir una cuarta legislatura.

Tanto Blair como Brown, su posible sucesor, han sellado sus diferencias por el bien del partido
Pero Blair no es el único que se retira. Hoy, su viceprimer ministro, John Prescott, anunció que la de hoy fue su última comparecencia como ´número dos´ ante los delegados de esta formación política. “Esta será mi última conferencia como vicepresidente del partido, gracias por elegirme y por su apoyo en los pasados 12 años”, dijo Prescott a los delegados.

El objetivo del partido ha sido repetido por casi todos los ponentes. Tony Blair, explicó que a partir de ahora tiene la mirada puesta en construir un partido unido para conseguir un cuarto mandato laborista. “No quiero pasar a la historia por ser el líder laborista que ha ganado tres elecciones seguidas, sino que quiero ser el primer líder británico que gana tres elecciones seguidas”, afirmó. Su mensaje fue que no hay que dejar que los conservadores vuelvan al poder porque, según él, ello significaría un retroceso en las políticas logradas por los laboristas.

Aunque muchos hubieran querido que Blair hubiera puesto una fecha concreta a su partida como primer ministro durante el congreso, esto no sucedió, sino que se limitó a decir lo que ya se sabía, que en menos de doce meses dejaría su cargo. “Por supuesto es dificil dejar este puesto pero es lo correcto para el país y para el partido”, explicó.

Durante este congreso se han podido ver también las tensiones de las pasadas semanas y el duelo de poder entre Blair y Gordon Brown, su posible sucesor. Aunque las diferencias son evidentes se quiso dar una imagen de un partido unido. De hecho Blair reconoció que “el nuevo laborismo nunca hubiera sido una realidad y tres victorias consecutivas no hubieran sucedido sin Gordon Brown”. “Es un gran hombre y una persona que ha servido a este país y esta es la verdad”, explicó.

Brown hizo lo mismo con su discuso en el que lamentó las diferencias que ha tenido con Tony Blair, pero alabó su labor como primer ministro porque dijo que ha conseguido éxitos en todos los terrenos, tanto a nivel nacional como a nivel internacional. “Como en todas las relaciones, con Tony Blair ha habido momentos en los que se han producido diferencias, pero nunca olvidaré la razón por la que estamos en política, que es para servir a la gente”.

CHERIE

Pero estas palabras provocaron la polémica y centraron las habladurías del congreso ya que la agencia de noticias Bloomberg informó de que la esposa del primer ministro, Cherie Blair, afirmó “bien, esto es una mentira”, cuando oyó al ministro de Economía decir que había sido un privilegio para él haber trabajado con Tony Blair, algo que Cherie se apresuró a desmentir.

Ha sido precisamente la idea de necesidad de unidad y de permanecer juntos a pesar de las diferencias por el bien del partido y por el bien del país, la que ha puesto punto y final a este congreso. Prescott recordó hoy en su intervención que “se ha visto a partidos ganadores que se han dividido cuando se ha tenido que elegir un nuevo líder” y advirtió de que “ésta debe ser una transición ordenada y unida”.

“La desunión destruye y este partido no permitirá que esto le pase a los laboristas”, explicó, a la vez que indicó que no hay que olvidar nunca que “Tony Blair ha conseguido tres legislaturas seguidas y prosperidad económica y justicia social en tan sólo una década”.

El actual ministro de Economía es visto como el posible sucesor de Blair. Brown ha mostrado brillantez en su trabajo y ha sido una figura dominante en el Gobierno. No obstante, se barajan otros nombres como el ex ministro de Sanidad Alan Milburn, el ministro de Interior, John Reid, y el ministro de Educación, Alan Johnson.

La elección del nuevo líder tiene lugar en una votación. Se forma un colegio electoral compuesto por tres partes iguales. Una está formada por los parlamentarios laboristas, otra por los miembros del partido y otra por los miembros y afiliados a los sindicatos. El candidato que obtiene la mayoría es el ganador. Fuente: Europa Press.

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