En efecto, más que analizar el triunfo de Hollande en función de las repercusiones que puede tener en Francia, se ha hecho en lo relativo a cómo puede afectar al funcionamiento del tándem franco-alemán y en consecuencia, al futuro inmediato de la Unión Europea.

 

De todo ello nos habla El País. En primer término con el punto de vista de Merkel quien ha sido contundente: “el pacto fiscal es innegociable”. Sin embargo, para el ex Presidente español Felipe González, Hollande puede ser quien diga no a Merkel y añadió que en lo que a España se refiere, la crisis está siendo especialmente contundente porque no se hicieron  las reformas necesarias cuando se aprobó la agenda de Lisboa.

 

Por el contrario, ABC se muestra más comedido a la hora de valorar la posibilidades que tiene Hollande de reorientar a la UE puesto que Alemania ha dejado claras cuáles son las líneas rojas: ni eurobonos ni Plan Marshall con dinero alemán.

Todo ello sin olvidar lo ya mencionado anteriormente: no se renegociará el Pacto Fiscal Europeo, afirmando Merkel que “el corazón del problema no es si necesitamos austeridad o crecimiento, todos sabemos que necesitamos las dos cosas, sino si necesitamos crecimiento a base de productividad o a base de programas coyunturales de inversiones que hacen más profundo nuestro problema con la deuda” (El Mundo).

 

Hollande, aún sin haber entrado en confrontación con la alemana, piensa lo contrario: “la austeridad y los ataques al consumo harán fracasar la recuperación”. En Francia hay en estos momentos 2,9 millones de parados (La Vanguardia).

 

Hollande durante la campaña insistió en priorizar el crecimiento sobre la austeridad y sus primeras palabras fueron en clave francesa: “saludo republicano a Sarkozy”. Cuando habló de Europa hizo vinculando este término a los conceptos de prosperidad, empleo y crecimiento (La Razón).