Política

Romney endurece su discurso frente a Gingrich

Tras la inesperada derrota en Carolina del Sur, Romney ha pasado al ataque, mostrándose orgulloso de su patrimonio económico y definiendo a Gingrich como “vendedor de influencias”.

La campaña entre los candidatos republicanos cobra una nueva dimensión tras la victoria de Gringich en Carolina del Sur. La siguiente elección tendrá lugar el 31 de enero de enero en Florida, pero antes se han producido hechos noticiosos, el principal, que Mitt Romney ha hecho pública su declaración de hacienda, tal y como había prometido en los días precedentes. En la misma aparece que pagó entre 2010 y 2011 más de 6 millones de dólares en impuestos. Su fortuna se estima en más de 200 millones de dólares (ABC).

Igualmente, contribuyó con varios millones de dólares a obras de beneficencia (La Vanguardia). Pese a ello, continuaron las críticas hacia su persona, de ahí que se mostrara contundente en su respuesta a las mismas: "Pago lo que legalmente me toca. Ni un dólar más. No creo que nadie quisiera un presidente que pagara más impuestos de los que le corresponden. Estoy orgulloso porque pago muchos impuestos” (El Periódico).

El tema de la riqueza acumulada por Romney se está convirtiendo en el arma favorita usada por sus rivales para desacreditarle, en especial por parte de Newt Gringich, de ahí que el que fuera gobernador Masachusstts “haya pasado al ataque” como se demostró en el último debate y le definió como “un vendedor ambulante de influencias” o como leemos en El País “comerciante de poder”.
 
En efecto, esta es una de las conclusiones que saca el rotativo argentino Clarín: “Romney se endurece y pasa al ataque de su rival Gingrich”: Gingrich habla de la importancia del liderazgo. Es verdad que él fue un líder, fue el presidente de la Cámara de Diputados, pero fue un falso líder. Al cabo de cuatro años tuvo que renunciar. Un Consejo ético lo investigó y el 88 % de sus colegas republicanos votaron a favor de una reprimenda”.
En este debate tuvo protagonismo la política exterior y Gingrich afirmó que si gana, no permitirá otros cuatro años de dictadura de los hermanos Castro, empleando ”cualquier recurso que Estados Unidos tenga en su poder, incluidas las operaciones encubiertas, como (el ex presidente Ronald) Reagan hizo con los soviéticos”.

Santorum pensó de la misma manera y habló del peligro del establecimiento de redes yihadistas en Nicaragua, Cuba y Venezuela. El punto de vista Ron Paul era diametralmente distinto (La Razón). Sobre Obama, tanto Gingrich como Romney criticaron los gestos aperturistas mantenidos hacia Castro (El País).
 

De cara a las elecciones de noviembre, El Mundo nos cuenta que, citando a la CNN, que Obama quiere subir los impuestos a las personas que ganen más de un millón de dólares, con el objetivo de garantizar un trato justo a las clases medias. Con ello, lo que se anticipa es que la economía tendrá un importancia capital en el corto plazo, esto es, en el discurso sobre el Estado de la Unión (El Universal).

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