Europa, Política, Portada

Una presunción de vanidad

El Parlamento es el centro de gravedad de la política. Es aquí, en este salón, como decía Azaña, donde se tienen que dirimir los grandes temas que interesan y preocupan a la sociedad. La legitimidad de los gobiernos procede de la representatividad vehiculada a través de las mayorías en el Congreso.

Ningún Parlamento es una balsa de aceite y mucho menos una tertulia literaria o una sesión académica. Se ha dicho que el Congreso es el respiradero de la vida nacional donde van a parar las ambiciones, las frustraciones y las controversias del país. Es frecuente que se crucen insultos y descalificaciones gruesas al adversario. Nada nuevo bajo el sol.

La moción de censura que el martes defenderá Ramón Tamames pasará como una nota distópica de la picaresca política que han recopilado célebres cronistas parlamentarios como Julio Camba, Josep Pla, Luis Carandell y tantos otros desde las Cortes de Cádiz de 1812. De nada se asustan las paredes, los techos y las butacas de los parlamentos libres.

El caso Tamames ofrece una variante nueva que consiste, a mi juicio, en utilizar el Congreso no como el ágora del debate lúcido, acalorado, chabacano, crispado o partidista, según las circunstancias y los intereses del momento, sino como un espacio de una comedia o de un sainete. No nos merecemos el espectáculo que levantará el telón el martes próximo.

La vanidad, don Ramón, no tiene límites y, como decía Napoleón, de lo sublime a lo ridículo no hay más que un paso. Vox le está utilizando y Pedro Sánchez lo va a hacer también, simulando que se toma en serio su dictamen sobre la unidad de España, la defensa de la monarquía y la bandera. Podrá decir, eso sí, que ha pasado de la cárcel de Carabanchel con su amigo Sánchez Dragó al Partido Comunista, al CDS de Suárez y ahora compañero de viaje de Santiago Abascal. Menudo viaje largo y lleno de emociones, no para llegar a Ítaca sino para perderse en el mar.

Su vanidad, don Ramón, ha conseguido descolocar a la vez al PP de Feijóo y a Unidas Podemos de Pablo Iglesias. Sospecho que solo puede alcanzar este objetivo una persona con tan larga experiencia. A ver qué dice, cómo lo dice y a quién beneficia. No vaya a ser que, aparte de ser una pérdida de tiempo, perjudique más a sus mentores que a sus supuestos adversarios de la izquierda o la derecha.

Publicado en La Vanguardia el 17 de marzo de 2023

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