La principal voz de Berkshire Hathaway (NYSE:BRKa) comunicó que Buffett no iba a hablar en público hasta mayo.

Lejos de la imagen que tiene de “bondadoso abuelo capitalista”, Warren Buffet ha hecho gran parte de su fortuna dando la espalda al mercado libre y, de hecho, lo ha denostado más de una vez. Entre sus muchos “brillantes negocios”, poco atrás invirtió fortunas en un referendo para que el Gobierno sostenga el monopolio eléctrico de su empresa NV Energy, en Nevada, contra la liberalización que abarataría las tarifas al público, dada la competencia.

Sea como sea, muchos consideran a este mediático abuelito un gurú y les encanta escucharlo… pero Warren Buffett permanece callado ante la crisis económica global creada por la represión de los Estados con la excusa del virus que, seguramente, será mucho peor que la de 2008 cuando el oráculo de Omaha se caracterizó por dar recomendaciones y anunciar a bombo y platillo cada movimiento de inversión, enviado un mensaje de optimismo, asegurando que: “Ten miedo cuando los demás muestren codicia, y sé codicioso cuando a los demás les entre el miedo”.

Pero en esta ocasión, se ha impuesto la ley del silencio en la principal voz de Berkshire Hathaway (NYSE:BRKa) que comunicó que Buffett no iba a hablar en público hasta mayo.

Caben dos hipótesis. La más creíble, en mi opinión, es que está desconcertado porque dos cosas en las que siempre confió han desaparecido, su capacidad de lobby ante el advenimiento de un Estado autoritario impulsado por personas que le resultan ajenas, y la imprevisibilidad de lo que está ocurriendo. En cualquier caso, su susto no ha de haber sido menor ya que al 23 de marzo -aunque luego recuperó algo- según Bespoke Investment Group su cartera tuvo una caída promedio superior al 40%.

La otra hipótesis es que está agazapado estudiando oportunidades. Bill Ackman, discípulo de Buffett, sospecha que estaría poniendo sus millones de efectivo a trabajar comprando empresas, pero manteniendo un perfil bajo para asegurarse de que los valores permanecen baratos. Aerolíneas y cadenas hoteleras podrían ser el objetivo de las próximas inversiones de Berkshire Hathaway, la firma capitaneada por el “abuelo capitalista”.

Según The Wall Street Journal, el multimillonario podría estar preparando la entrada en diversas compañías del sector turismo y ocio que han quedado especialmente dañadas. En la crisis de 2018, siendo testigo del caos en los bancos, invirtió US$ 5.000 M en Goldman Sachs (NYSE:GS) y otros 5.000 M en Bank of America (NYSE:BAC), además de invertir  3.000 M en General Electric (NYSE:GE). Y así logró aumentar su fortuna en más de US$ 10.000 M.

Berkshire contaba hasta fines de 2019 con US$ 128.000 M en efectivo, y con ello podría aumentar su participación en las aerolíneas American, Delta, United y Southwest Airlines, así como en varias compañías de cruceros. La cadena de hoteles Marriott o el fabricante de aviones Boeing son otras de las firmas que, según Business Insider, podrían recibir un refuerzo económico por parte del veterano inversor. Aunque a mediados de marzo, por ejemplo, ganó US$ 390 M vendiendo participaciones de Delta Air Lines (NYSE:DAL) y Southwest Airlines, y lo hizo dos días después de asegurar, en una entrevista a Yahoo (NASDAQ:AABA) Finance, que no iba a vender acciones del sector aéreo. También vendió US$ 31 M de su posición en Bank of New York Mellon (NYSE:BK).

En lo que seguramente no invertirá es en criptomonedas, a menos que cambie radicalmente de opinión, ya que aseguró en varias oportunidades que “básicamente no valen nada, no producen nada… en términos de valor, tiene cero”. Aun cuando el Bitcoin inició una recuperación superior al del S&P 500 y ya cotiza a US$ 7530.

También mostraron una recuperación algunas altcoins, como es el Litecoin LINK/BTC. Recordemos que las altcoins son criptomonedas que derivan del código fuente de Bitcoin, también conocidas como ‘Forks’. Para 2gether, la plataforma de compra y venta de criptomonedas que opera en todos los países de la eurozona, 2020 podría ser el año del despegue de las altcoins como alternativa de inversión.

Como anticaso, a la inversa que a Warren, el gobierno argentino tiene miedo y codicia a la vez, le falta efectivo y se esfuerza por ahuyentarlo todavía más, se esfuerza por mandar la “inversión al dólar”, es decir, a la fuga de capitales hacia cualquier inversión externa. Entre otras regulaciones que se suman a las ya extremadamente excesivas, para contener el alza del del CCL y el Mep, la CNV estableció límites y restricciones a la tenencia de depósitos en dólares que están en cartera de los FCI, en tanto que el BCRA resolvió subir la tasa de pases hasta el 15.2%. Más no pueden hacer para desviar pesos al blue (en realidad si pueden y, atenti, lo van a hacer).

Pero este es solo un detalle, el problema serio es que el Gobierno no volverá a los mercados de deuda por al menos tres o cuatro años, aunque logre evitar un default, dicen los analistas y los veo muy optimistas. La tasa del hoy famoso “exit yield” podría superar el 12% dicen los expertos y, en mi opinión, se quedan cortos, con lo que el gobierno en la práctica tiene vedado el mercado financiero por muchos, muchos años.

Y, como caerá muy fuerte la recaudación y la capacidad de generar divisas, con un gasto disparado y sin la intención de vender las innumerables propiedades que el Estado posee ni de desregular fuertemente para que la economía se expanda, solo queda la exagerada emisión monetaria o sea la hiperinflación al frente, y el blue -o sea la fuga de capitales- saldrá como satélite. 

*Senior Advisor, The Cedar Portfolio
@alextagliavini
www.alejandrotagliavini.com