Después de que, lógicamente, las cifras bajaran a causa de la pandemia, este año los peregrinos han vuelto a recorrer el Camino de Santiago de forma masiva. Según los datos ofrecidos por la Oficina del Peregrino compostelana, aún en una situación repleta de restricciones sanitarias, han sido más de 77.000 personas las que durante este año han peregrinado hasta la tumba del apóstol. El acierto de prolongar el año santo, también durante 2022, hará que, a buen seguro, esta cifra aumente más todavía durante los próximos meses.
La importancia del Camino de Santiago en la vertebración de Europa es una realidad y los frutos que el Camino ha dado a lo largo de la historia son evidentes. Allí, en Santiago de Compostela, san Juan Pablo II invitó a Europa a ser ella misma. Allí, Benedicto XVI, también como peregrino, la invitó a abrirse a Dios y a salir a su encuentro sin miedo. Y, sobre esa misma idea, Francisco nos confesó, al hablar de un posible viaje a Santiago, su preocupación por la unidad de Europa, de la misma manera que durante su viaje a Hungría y Eslovaquia, incidía en la necesidad de que Europa no deje secar sus raíces cristianas.