// CARTAS AL DIRECTOR

La edificación de condiciones de vida

La paz exige la edificación de condiciones de vida a la altura de la dignidad humana. A este respecto, Francisco, el Papa, recuerda, con toda la Doctrina Social de la Iglesia, que este compromiso, edificar las condiciones de vida a la altura de la dignidad humana, implica a la sociedad civil, a los trabajadores y a los empresarios, a la escuela y a las universidades, a las comunidades religiosas, a los gobiernos y organismos internacionales. Sin olvidar que la política juega en esta tarea un papel importante, centrado en promover la justicia y asegurar la libertad.

José Morales Martín

Nivel universitario

Hablar hoy de universidad es hablar de un mundo con muchos perfiles, con muchos ambientes diversos, con finalidades variopintas. Antes, hablar de nivel universitario era hablar de personas con una buena formación, con un nivel intelectual importante, incluso al margen de su nivel social o de sus creencias. Ahora hay bastantes dudas al respecto. No está tan claro qué se pretende en las universidades, qué aprende un alumno, qué educación personal ha adquirido, cual es verdaderamente el “nivel” universitario.

La universidad es “una forma eficaz y profunda de abordar la realidad, que proceda con orden, precisión, sutileza, capacidad de relacionar diversos temas entre sí y llegar a conclusiones óptimas que hagan más fácil la vida o bien nos sirva para ayudar a los demás. El adquirir y formar esa capacidad sería la principal meta de la formación universitaria para este intelectual inglés (Newman) del siglo XIX”. Capacidad de relacionar diversos temas… que nos sirva para ayudar a los demás.

Qué interesante y qué lejano. Sin embargo, investigando un poco nos encontramos con que todavía hoy hay ambientes universitarios con esa mentalidad. La imagen actual de la universidad en España es muy variada, pero tendiendo a pobre. Lo que vemos u oímos contar sobre la universidad pública deja bastante que desear, aunque, como siempre, no se deben hacer generalizaciones. Tampoco podemos hacer juicios colectivos de las universidades privadas, pero conocemos no pocas que tienen una mentalidad más cercana a lo que deseaba Newman: un ambiente formativo, como planteamiento general.

Jesús D Mez Madrid

El sectarismo pueril

Las continuas excentricidades del ministro de Consumo, Alberto Garzón, se están dando de bruces con la realidad. Si en un momento de sospechosa lucidez, el ministro comunista inauguraba una “cruzada” contra el consumo de carne, los últimos datos del Ministerio de Agricultura indican que los españoles no están haciendo el más mínimo caso al ministro. Cada español come de media un kilo de carne a la semana y la venta de este producto se ha incrementado un 15 por ciento en el último año. El consumo de carne no es un problema que merezca una política de Gobierno. España sigue siendo el segundo país europeo que menos carne consume de Europa. Pero tampoco estamos a la cabeza del veganismo, colectivo que solo representa el 3,7 por ciento. Tal vez esto es lo que provoca al citado ministro a decir las barbaridades en la prensa internacional sobre la producción de carne y el bienestar de los animales en España.

Domingo Martínez Madrid

Su ridículo sectarismo

Si es dudosa la necesidad de que exista un ministerio de Consumo, que parece diseñado para dar satisfacción a la cuota política de su socio comunista, el ministro Garzón es el exponente del político que quiere convertir al Estado en un educador que nos diga lo que tenemos que hacer y lo que no. Su ridículo sectarismo ha llegado a límites insospechados con su campaña en la que indica a los padres qué juguetes hay que comprar a sus hijos. Campaña que proponía una “huelga de juguetes” que dejaba perpleja a la industria juguetera española en un momento difícil. Lo de la calidad de la carne española exportada y el bienestar de los animales no tienen parangón. Pedro Sánchez debería impedir que su ministro Garzón siga haciendo el ridículo exhibiendo su sectarismo pueril.

José Morales Martín

Maternidad y jubilación

Uno de los últimos días de 2021 supimos que un vecino de Orense se sumaba a los pensionistas varones a los que los tribunales han reconocido el derecho a cobrar un complemento a su pensión por maternidad, en este caso por paternidad. El plus de maternidad se creó bajo el Gobierno de Rajoy para compensar a las mujeres que hubiesen tenido más de dos hijos. El objetivo era compensar, de algún modo, el menoscabo en la carrera profesional y en los ingresos que había supuesto la maternidad cuando trabajaban. El incremento de la pensión iba del 5 al 15 por ciento, según el número de hijos. En 2019 el Tribunal Europeo de Justicia reconoció el derecho a cobrar el complemento no solo a las madres, también a los padres. Aquel fallo provocó que el Gobierno de Sánchez cambiara la normativa en 2021. Ahora el complemento de la pensión no lo pueden cobrar todos los padres y todas las madres, sino quienes demuestren efectivamente que la maternidad o la paternidad les causó un perjuicio laboral. Esta regulación complica poder cobrar el complemento de la pensión por paternidad o maternidad, porque la prueba del perjuicio siempre será complicada.

Jesús Martínez Madrid

// ENVÍANOS TU CARTA

Fill out this field
Por favor, introduce una dirección de correo electrónico válida.
Fill out this field
Fill out this field
16 + 12 = ?
Enter the equation result to proceed
You need to agree with the terms to proceed

Estamos abiertos a tus comentarios porque tu opinión es muy importante para nosotros.

Muchas gracias por tu aportación.

Menú