La dictadura ideológica
Hoy encontramos muchos que están empeñados en llevar la contraria a la normalidad y querer controlar, por ejemplo, la enseñanza para que en las aulas se explique sólo y todo lo que ellos consideran oportuno, creyendo que así los chavales acabarán pensando como ellos, ya que con los mayores es imposible llevarse bien porque están contaminados con falacias antiguas, difíciles de destruir. Lo que pasa es que los mayores, los más mayores, recuerdan asignaturas, como la ‘formación del espíritu nacional’, que sólo servía para aborrecer a los presuntos dictadores que trataban de enseñarla y reírse de ellos por lo bajini, a la espera de mejores tiempos en los que ya no habría imposiciones ideológicas, sino enseñanza para aprender. La dictadura ideológica tiene poco recorrido entre la gente joven de entonces y de ahora.