El virus chikungunya sigue extendiéndose por toda América Latina y el Caribe. Las autoridades de salud estiman que más de 1,2 millones de personas pueden haberse infectado desde que el virus surgió en la región a finales de 2013.
 

Las últimas cifras disponibles se reflejan en un informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), correspondiente al 20 de febrero, el cual registra 1.217.093 casos sospechosos. De ellos, en 27.529 casos se confirmó que la enfermedad se contrajo por mosquitos de manera local, y 3.471 fueron adquiridos en el extranjero.
 

El virus Chikungunya se transmite por los mosquitos Aedes aegypti y Aedes albopictus — las mismas especies que propagan el dengue — causa fiebre, dolor en las articulaciones y de cabeza, náuseas, fatiga y erupciones cutáneas. Actualmente no existe ningún tratamiento específico ni una vacuna para prevenir la infección.+

La tasa de mortalidad es de alrededor de uno en 1.000, con la mayoría de los ancianos en situación de riesgo. Según la OPS, el brote ha dejado 172 muertos en América, con el 97% de las muertes registradas en el Caribe.
 

En ese sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) también dio a conocer un informe en febrero sobre las enfermedades tropicales desatendidas —incluyendo el dengue, el chikungunya, mal de chagas y el tracoma— e instó a los Gobiernos a aumentar la inversión para hacer frente a su prevalencia en todo el mundo.
 

El informe titulado “Invertir para superar el impacto de las enfermedades tropicales desatendidas”, afirma que los cambios en las temperaturas globales, así como los niveles de lluvia y humedad, pueden haber aumentado “la distribución y la incidencia de al menos un subconjunto de estas enfermedades”, varios de los cuales pueden causar incapacidad permanente y muerte. La agencia de la ONU señaló que las personas más pobres son particularmente más susceptibles a la infección y a las graves complicaciones de salud.
 

“El aumento de las inversiones de los Gobiernos nacionales pueden aliviar la miseria humana, distribuir los beneficios económicos de manera más uniforme, y las masas de personas atrapadas en la pobreza”, dijo la Directora General de la OMS, Margaret Chan en un comunicado.
 

Dirk Engels, director de la Lucha contra las Enfermedades Tropicales Desatendidas del Departamento de la OMS, explicó que muchas de los casos ahora se pueden presentar en zonas que no eran “estrictamente tropicales”.
 

“La potencial propagación proporciona un argumento más fuerte para hacer las inversiones necesarias —mientras que aumentan gradualmente los esfuerzos de investigación y desarrollo— para que todas estas enfermedades estén bajo control y muchas de ellas logren erradicarse lo más rápidamente posible”, añadió.
 

Los médicos detectaron por primera vez el chikungunya en América en la isla caribeña de San Martín con 66 casos confirmados. Los brotes pronto siguieron en todo el Caribe y en América Central.
 

En julio de 2014, El Salvador excedió los 1.000 casos estimados. En octubre, la cifra se disparó a más de 75.000. Según las últimas cifras, hay más de 160.000 casos del virus en la nación centroamericana.
 

En la vecina Honduras, el número de casos aumentó de 100 a 5.000 en el último trimestre de 2014. En febrero de 2015, la cifra se elevó a 9.000, arrojando suprimera víctima mortal en el país.

En varios países de América del Sur, el virus todavía se limita a brotes localizados, aunque las cifras siguen creciendo. No llegó a Ecuador hasta octubre de 2014, con110 casos confirmados en cuatro provincias del país hasta la fecha, según el Ministerio de Salud Pública.
 

En Bolivia, los casos han aumentado de tres a 38 este año. En Brasil el número de casos es cada vez mayor, con 800 reportados en octubre y 2.500 en los últimos cuatro meses.
 

Sin embargo, el clima tropical de Colombia ha permitido que el chikungunya se propague rápidamente. Solo 15 casos fueron atestiguados inicialmente en septiembre de 2014, pero la cifra superó los 600 en tres días.
 

En enero, el Instituto Nacional de la Salud (INS) confirmó 70.300 casos en todo el país, aunque estima que la cifra real sea de 150.000 en todo el país.
 

Para diciembre de 2014 se habían registrado siete muertes, pero tres de los casos ya han sido atribuidos a otras causas. Los cuatro restantes están siendo estudiadospor el INS.