Oriente Próximo, Política

El Estado Islámico avanza

Obama ganó dos elecciones prometiendo salir de Afganistán e Iraq y ahora vuelve a la guerra para destruir un grupo terrorista que está formando un estado nuevo borrando las fronteras entre Siria e Iraq y enviando a cientos de miles de refugiados a Turquía.


 El Estado Islámico avanza con desorden y sin fijarse en las fronteras. Es la fracción más extrema del islamismo radical. Ocupa zonas de Iraq y de Siria. Es una copia conceptual de los califatos de hace casi mil años.
Estados Unidos y Francia están bombardeando posiciones imprecisas de los nuevos terroristas. Han degollado a varios ciudadanos occidentales y amenazan con repetir matanzas que se retransmiten a través de las redes globales. Dan miedo. Son el terror.

Las gentes que vivían en la zona del Kurdistán iraquí y sirio cruzan masivamente la frontera con Turquía. En los últimos días han pasado la frontera turca más de 130.000 kurdos. Turquía ha acogido casi un millón y medio de sirios desde que empezó la guerra contra el presidente Assad.

Las guerras llegan a lo más profundo de las aberraciones. Los kurdos han luchado durante más de treinta años en una guerra abierta contra Turquía. Paradójicamente, es ahora Turquía la que acoge por razones humanitarias a miles de kurdos de procedencia de Siria e Iraq. Esos kurdos no son bienvenidos por los kurdos que en Turquía han luchado contra el régimen de Ankara. La movilidad forzada de grandes dimensiones siempre es conflictiva.
El hecho de que Turquía acepte a cientos de miles de kurdos indica hasta qué punto el Estado Islámico es concebido como un peligro para la estabilidad en la zona y para la supervivencia de etnias, culturas y antiguas religiones que, como la cristiana, han poblado aquellas tierras desde hace casi veinte siglos.

La agencia de refugiados de la ONU (ACNUR) pide desesperadamente ayuda para mitigar en lo posible este drama humano de bárbaras dimensiones.
Si el Estado Islámico controla la ciudad de Kobane tendría un enclave para dominar toda la región. Hay una coalición en marcha que agrupa a más de treinta países, incluidos varios estados musulmanes. Los bombardeos americanos y franceses golpean a los islámicos pero Tony Blair ha pedido la entrada de fuerzas de tierra si se quiere vencer al Estado Islámico.

Obama ganó dos elecciones prometiendo salir de Afganistán e Iraq y ahora vuelve a la guerra para destruir un grupo terrorista que está formando un estado nuevo borrando las fronteras entre Siria e Iraq y enviando a cientos de miles de refugiados a Turquía.

La política es impredecible. Pero hay que decir bien alto que la guerra que se inició en 2003 contraSaddam Hussein y las inexistentes armas de destrucción masiva fue un error cuyas consecuencias estamos pagando todos. La alegría con que se arrojaban bombas sobre Bagdad ha retornado en forma de la amargura de cientos de miles de muertos, desplazados y desesperados. Todo es peor que en 2003. Aquella foto de las Azores fue una macabra premonición.

Publicado en El Blog de Lluis Foix 

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