Política

El populista Rafael Correa claro favorito con un 60 % de apoyo

Rafael Correa está a punto de ampliar por cuatro años su mandato al frente de Ecuador, quien pretendería con su reelección consolidar una mayoría legislativa con la que pueda reforzar su llamado “proyecto socialista”.

Según encuestas

Cerca de 10,5 millones de votantes podrán votar en el proceso electoral en que se renovarán cerca de seis mil cargos.

Antes habían ido a las urnas para aprobar una consulta constitucional, conformar una Constituyente y validar la actual Carta Política, que incorporó la reelección del presidente y el voto opcional de militares, policías, residentes extranjeros y jóvenes de 16 y 17 años. En el exterior votarán miles de ecuatorianos.

Con una popularidad de 60 por ciento, Correa aparece en las encuestas como el claro favorito.

El líder izquierdista de 46 años -seguidor de la corriente del nuevo socialismo, un totalitarismo camuflado que se ha consolidado en Venezuela- podría vencer en primera vuelta a sus contendientes, el nacionalista Lucio Gutiérrez y al magnate de derecha Álvaro Noboa, quienes lo siguen en la intención de voto, pero con posibilidades escasas de remontar, según sondeos.

Las urnas cerrarán a las 22 horas GMT, cuando se difundirán encuestas a boca de urna. Hacia la medianoche habrá resultados oficiales con el 70 por ciento de votos escrutados.

La visión de Correa de lo que es la democracia, al parecer, es muy distinta de la misma democracia que le permite asumir el poder.

Durante la pasada Cumbre de las Américas, cuando fue preguntado por un periodista por la situación de Cuba, el presidente ecuatoriano no dudó en afirmar  que Cuba era democrática y que la única democracia no era la occidental, para seguidamente convertirse en un vocero de la dictadura cubana y defender la liberación de espías castristas sentenciados en los Estados Unidos.

De ganar Correa, como con toda probabilidad aseguran las encuestas, la profundización “socialista” será cada día más parecida a la venezolana, cada día una “democracia” diferente a la occidental, y al final puede que termine como una copia de la “democracia” de Cuba, falta plena de libertades y cientos de presos políticos.

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