Política

Japón se prepara para recibir al premier chino tras diez años de “distanciamiento”

Japón mantuvo una posición moderada sobre la cuestión del Tíbet y el primer ministro nipón, Yasuo Fukuda, declaró públicamente que esperaba asistir a la ceremonia de apertura de los Juegos, el 8 de agosto, incluso antes de recibir la invitación del presidente Hu.

Hu Jintao pisará suelo japonés
Duramente criticado en Occidente a propósito de Tíbet, el presidente chino, Hu Jintao, estará en territorio amigo cuando llegue el martes a Japón para su primera visita al extranjero tras los disturbios de marzo en Lhasa, estiman los analistas.

Su visita oficial de cinco días, la primera de un jefe de Estado chino en diez años y la segunda tan sólo en la historia, es fruto de años de esfuerzos para atenuar las tensiones entre ambos países, a pesar de la animosidad latente heredada de un pasado doloroso.

Posición moderada sobre el Tibet

Tras las manifestaciones en el Tíbet y su sangrienta represión, varios dirigentes europeos anunciaron el boicot de los Juegos Olímpicos de Pekín en agosto.

En Japón, sin embargo, el gobierno adoptó una posición moderada sobre la cuestión del Tíbet y el primer ministro nipón, Yasuo Fukuda, declaró públicamente que esperaba asistir a la ceremonia de apertura de los Juegos, el 8 de agosto, incluso antes de recibir la invitación del presidente Hu.

Según el analista Robert Dujarric, el riesgo de manifestaciones durante la visita es mínimo, ya que contrariamente a otros países, no existen grupos de presión sobre los derechos humanos en Japón. “Los dirigentes occidentales reaccionaron porque la opinión pública se movilizó”, estimó Dujarric, director del Instituto de Estudios Japoneses Contemporáneos en la universidad Temple de Tokio.

Sin embargo, si el presidente estadounidense George W. Bush decidiera no asistir a la apertura de los Juegos, Fukuda tendría que tomar una decisión difícil, opinó. “Si nadie en Occidente va a la apertura, Japón deberá decidir si acude para complacer a los chinos asumiendo el riesgo de aparecer como un país egoísta y sin escrúpulos en Occidente”, agregó.

China se negó a cualquier contacto de alto nivel con Japón entre 2001 y 2006, durante los dos mandatos del primer ministro Junichiro Koizumi, porque este visitaba cada año el sanctuario Yasukuni, que celebra la memoria de los soldados muertos por Japón, entre ellos varios criminales de guerra.

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