No es seguro que los 930.000 votantes potenciales tengan acceso a las urnas, especialmente en ciertos bastiones fieles a Morales como San Julián o Cuatro Cañadas.

El Gobernador Costas pide un pacto nacional
La próspera región de Santa Cruz aguarda en un clima de tensión el referendo sobre estatutos autonómicos que definirá su futuro y al que se opone el presidente boliviano, Evo Morales, cuyos partidarios han prometido entorpecer la jornada electoral.

Las encuestas señalan que el Sí por la autonomía tendrá a su favor entre un 70 y 75% de los votos, aunque esa opción tiene fuerte oposición en áreas rurales leales al presidente socialista.

La consulta no cuenta con el aval de la Corte Nacional Electoral, por lo que será validado por la Corte Departamental, que entró en disidencia.

El gobierno no garantiza la seguridad

No es sin embargo seguro que los 930.000 votantes potenciales tengan acceso a las urnas, especialmente en ciertos bastiones fieles a Morales como San Julián o Cuatro Cañadas.

Las fuerzas del orden bajo control del Estado no asegurarán la seguridad del escrutinio, y serán reemplazadas por una guardia municipal de mil efectivos.

Contra el centralismo

El prefecto (gobernador) Costas, principal autoridad de la región considerada como centro de la oposición a Morales, explicó que el proyecto autonomista que lidera Santa Cruz forma parte “de una refundación, de una nueva Bolivia”, que además “va a unificar” el país dentro de su diversidad.

Ante la prensa internacional, Costas defendió que el referendo cruceño está amparado por la Constitución vigente y, según él, “es parte esencial del proceso democrático inserto en todos los bolivianos”.

El gobernador destacó que el movimiento liderado por Santa Cruz y secundado por otras cinco regiones opositoras a Morales “tiene que conducir a un gran pacto nacional” y garantizó el compromiso de este departamento para lograr que se produzcan las condiciones para ese encuentro.