Los datos del Eurostat confirman los peores temores del Gobierno español: la construcción se desploma más rápido que en el resto de Europa y arrastra las cifras de morosidad hasta su porcentaje más alto de los últimos 10 años.
Y dispara la morosidad
En España, la actividad del que fue el segundo motor del crecimiento nacional, después del sector servicios en general y del turístico en concreto, está desplomándose a un ritmo del 8,4%. Portugal, que es el segundo país en el que más decrece la construcción, registra una caída del 6,3%.
Los inversores se están concentrando en aquellos países donde las infraestructuras son absolutamente necesarias, por eso la mayor parte de los incrementos en la actividad de la construcción se han producido en Rumanía (28,5%), Eslovaquia (10,4%) y Eslovenia (9,3%).
España, en la que la construcción representa un promedio del 12 % del PIB, ha dejado de atraer el interés del exterior al mismo tiempo que sus empresas han visto cerradas las puertas de la refinanciación en los bancos que antes confiaban en su evolución positiva.
La morosidad
La morosidad de los créditos concedidos por bancos, cajas de ahorro y cooperativas de crédito a particulares y empresas subió en agosto hasta el 2,44%, la tasa más alta desde mayo de 1998, cuando se situó en el 2,48%, según los datos del Banco de España.
Las cifras pueden ser más preocupantes, porque existen empresas financieras que no captan depósitos aunque sí puedan conceder créditos. En ellas, se prevé que las cifras sean muy superiores a las entidades que pertenecen a la banca comercial.
Por otro lado, y dado que tendrán menos liquidez que las entidades tradicionales, es muy probable que la crisis provoque la quiebra de muchas de ellas.
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